Liga de las Naciones: Suiza - España

España recupera crédito

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España ganó 0-1 en Suiza.

España recuperó crédito en Suiza con un partido serio y solvente. La selección de Luis Enrique no funciona todavía como un reloj pero al menos tuvo por fin un partido plácido, salvo alguna laguna en la segunda parte. Pablo Sarabia hizo el gol del triunfo en la primera mitad y la mejor noticia fue que esta vez la pareja de centrales, Diego Llorente y Pau Torres, demostró cierta solidez. Que no es poca cosa.

Luis Enrique, fiel a su ideario, volvió a retocar la alineación. Ni ante Portugal ni frente a la República Checa fuimos fiables, así que por una vez al técnico le sobraban los motivos. Fuera los dos centrales, Iñigo Martínez y Eric García, señalado por todos y defendido por el propio seleccionador, y dentro Pau Torres y Diego Llorente. Azpilicueta y Jordi Alba volvían a los laterales. Seguían los indiscutibles Busquets y Gavi y les acompañaba Marcos Llorente en el medio. Arriba volvían Ferran y Morata y se mantenía otro de los fijos de Luis Enrique: Pablo Sarabia.

España necesitaba ganar a Suiza después de los dos empates iniciales para seguir vivos en la milonga esta de competición que se llama Liga de las Naciones. Nadie haría dramas si no ganábamos pero con lo que nos gusta un debate y una crisis, Luis Enrique tenía preparado el chaleco antibalas.

La Roja salió a dominar a Suiza, quizá porque tampoco sabemos jugar a otra cosa. Los locales replegaron y fiaron todo a una contra o a que la zaga española, tan dada a ello, se pegara un tiro en el pie. A punto estuvo de hacerlo el portero Unai Simón que se hizo un lío con la pelota en la banda y tuvo que echarla fuera para evitar males mayores.

De repente los suizos la tomaron con Gavi. Freuler le dio un par de recados al joven centrocampista del Barça. Respondimos como tocaba. Con un gol. Ferran robó una buena pelota en la presión alta y vio la incorporación de Marcos Llorente. El canterano del Madrid se internó en el área y se la puso a otro canterano del Madrid, Pablo Sarabia, para que marcara en boca de gol. La posición era dudosa, así que la revisó el VAR. Tardó un huevo pero nos dio el tanto. Bien por ese VAR tardón.

Canteranos del Madrid

El gol ratificó y tranquilizó a España. Suiza tuvo que cambiar de principios y ponerse a atacar. Eso nos dejaba espacios a sus espaldas, lo que siempre es de agradecer. Se agitaba el partido. La selección de Luis Enrique, empujada por la precisión suiza, replegó. Y cuando replegamos, sufrimos más que un adolescente sin cobertura. Embolo y, sobre todo, Unai Simón nos dieron algún sobresalto.

Sarabia tuvo el doblete en el sus botas con una ocasión dentro del área en el 28. El del PSG desperdició el buen pase de Jordi Alba y la echó al cielo de Ginebra. España tenía el partido bajo control. Ni siquiera le hacía falta acelerar. El toque nos servía de refugio y los suizos se dedicaban a perseguir sombras. No teníamos ocasiones pero tampoco las necesitábamos. Así que con el 0-1, tan pírrico como balsámico, nos fuimos al descanso.

Del que volvimos con los mismos once que Luis Enrique había puesto de inicio. Algo trató de estirarse Suiza pero con más voluntad que talento. El balón parado nos detenía el corazón, igual que la inseguridad que transmitía Unai Simón desde que comenzó el duelo. Con centros al área y un bullicioso público se animaron los suizos y encerraron a España para escoltar su área.

Shaqiri avisó en el 52 con un disparo duro que le salió centrado y que atrapó el meta español. La selección sufría y no olía la pelota. Luis Enrique ponía a calentar a Dani Olmo y Carlos Soler. Pero la cosa pintaba como el futuro de Pedro Sánchez: francamente mal. Suiza, ahora sí, se vino arriba y nos apretaba. Menos mal que ni Mbappé ni Haaland son helvéticos.

Aprieta Suiza

Espoleada y picada, Suiza tampoco se olvidaba de rascar. Shaqiri vio la amarilla por pisar a Busquets. España se remangaba y sufría. Luis Enrique esperó al 61 para quitar a Sarabia y meter a Dani Olmo. Respondió el seleccionador suizo con un par de cambios ofensivos: Steffen y Okafor.

En el 64 Marcos Llorente se asomó al área suiza para rebañar una pelota y armar rápido un disparo que se fue desviado. Se estiraba algo España, harta ya de defenderse. Luis Enrique metió su segundo cambio, esta vez doble, pasado el 70: Marco Asensio y Koke por un intrascendente Morata y un fundido Gavi. España seguía con el partido en el alambre y Suiza no se rendía. Asensio, de falso nueve, se quedaba casi de palomero en busca de algún pelotazo que correr al espacio como si fuera un mozo en San Fermín.

El último cambio de Luis Enrique fue Carlos Soler por un exhausto Marcos Llorente. A España le quedaban diez minutos de sufrimiento, más la prolongación, para abrochar una victoria seria pero algo insípida ante Suiza. Supimos guardar la ropa ante los últimos achuchones suizos no sin sufrimiento. Resistimos, a pesar de una pifia postrera y obscena de Unai Simón y algún que otro error defensivo, y nos llevamos de Suiza tres puntos que nos saben dulces como una tableta de chocolate.

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