«Al que toque a mis jugadores le arranco la cabeza»

Medhi Nafti, entrenador del Badajoz, fue el protagonista absoluto tras la victoria de su equipo a domicilio ante el Don Benito por 1-4. Ni el triunfo calmó al técnico, que en la rueda de prensa posterior al encuentro protanizó una tremenda rajada que llegó a sonar a amenaza y que está dando mucho que hablar.

«A mí me pueden matar, pero el que toque un pelo de mis jugadores, le arranco la cabeza. Son jóvenes y necesitan tranquilidad. Vamos a pasar otro bache. A lo mejor el domingo próximo no ganamos y volvemos a la misma mierda…», dijo durante un discurso largo y contundente en el que pide que arrecien las críticas a su equipo.

Nafti cree que se debe tener mucha más tranquilidad, dentro y también en el entorno: «La gente se deja llevar por las emociones, pero voy a decir una cosa. Mis jugadores son jóvenes y necesitan tranquilidad. Lo que se ha notado en los últimos días. Hay gente en Badajoz que le falta humildad. El Cartagena se ha gastado mucho dinero y lleva cinco años intentando subir. Y nosotros, porque haya venido Joaquín Parra, vamos a ir al Carrefour de compras y subir a Segunda. Y no es así. Mis jugadores y yo sabemos que no somos tantos metidos en el barco. Pase lo que pase, al final estamos aquí de paso. Los que se mantienen son los aficionados fieles. Y hay gente que está haciendo un daño tremendo a mis jugadores. A mí me da igual, porque ya no tengo ni pelo. Y mis jugadores necesitan tranquilidad porque no todo es ‘Yupilandia. No todo es tan bonito. Mis jugadores y yo lo sabemos. Hay gente que le falta humildad».

¿De quién habla? El entrenador asegura que los aludidos lo saben: «La gente de la que hablo se reconoce. No hay que darle importancia a la gente que quiere hacer daño, que tiene envidia. Que pregunten al dueño del Cartagena si esto es fácil, al Recre, al Córdoba, al Burgos… Estamos aquí de paso. Los que queremos es sumar. Yo cuando me vaya de aquí, quiero dejar mi granito de arena. He hecho todo lo posible e irme con la cabeza muy alta. Sabemos que hay poca gente realmente metida en el barco. Los fieles que han venido hoy, que se gastan un dinero, que animan, que son positivos…».