Un problema para Xavi

A Xavi Hernández le ha surgido un problema bien alto en su plantilla. Luuk de Jong ha pasado de estar desahuciado en el FC Barcelona a ser un titular determinante en los planes del egarense. El holandés se ha ganado en las últimas semanas un hueco en el once por puro compromiso, mérito y gol, algo muy escaso en este equipo en estos momentos. De tener medio pie en la rampa de salida, está ahora entre los jugadores que más aportan en términos ofensivos en este Barça.

El holandés ha sabido aprovechar las oportunidades que le ha brindado Xavi Hernández durante este inicio de año con tres goles en sus últimos tres partidos, los dos ligueros ante Granada y Mallorca, y este último en la Supercopa de España ante el Real Madrid. Su presencia en el área está siendo crucial para el Barça y el equipo incluso está orientado su juego a su figura, explotando tanto sus cualidades aéreas como su capacidad para aparecer para oxigenar al equipo.

Durante las últimas semanas de diciembre, el runrún en torno al holandés fue constante. Parecía no tener sitios en los planes de Xavi tras la destitución de Ronald Koeman, su gran valedor para que llegara sobre la bocina en el último día de mercado en una operación a tres bandas que llevó a Antoine Griezmann al Atlético de Madrid y dejó en el Camp Nou a Luuk procedente del Sevilla. Hubo rumores que le colocaban en el Cádiz, otros de vuelta a Sevilla y desvelaron alguna novia en ligas menores de Europa, parecía que su salida era un hecho con el fin de liberar más masa salarial.

Pero entre lesiones y positivos por Covid-19 se abrieron de par en par las puertas a la oportunidad del holandés. Ante el Mallorca tuvo la primera y Luuk respondió como mejor sabe un delantero: con gol. Su testarazo ante los baleares dio tres puntos vitales a los culés en un partido donde las bajas eran más numerosas que los jugadores aptos. Hizo el 0-1 en Son Moix pero pudo haber hecho otros dos goles si el palo no hubiera repelido su intento con la puntera y una preciosa media chilena.

Ante el Granada más de lo mismo. Otro testarazo del holandés puso por delante a los culés. Al final, tras la expulsión de Gavi, le volvieron a temblar las piernas al Barça y el gol de Luuk se tradujo en otro punto para el equipo. En el Clásico volvió a dejar claro que su sitio es el área, donde más cómodo está. Suyas fueron las ocasiones culés cuando peor estaba el equipo, sacando algo de luz. Suyo fue el 1-1 que levantó la moral a sus compañeros, oportunismo para cazar el despeje de Militao y sorprender a Courtois.

Era un partido clave y Xavi tenía otras opciones en el banquillo que pudieron salir antes que Luuk en las semifinales de la Supercopa de España ante el Real Madrid. Ansu Fati, Memphis, Jutglà… tenía alternativas para ocupar la delantera el egarense pero el elegido fue el holandés, que parece hacerse un sitio en sus esquemas y convencer por todo lo que ofrece, más allá del gol. Con él en el campo, el equipo da mayor uso de los centros al área buscando su testa.

De hecho, Xavi fue cuestionado tras el partido por el papel del holandés en su equipo y si éste debía estar pensando más en quedarse que en marcharse del Barça. El egarense fue categórico, colocó una medalla en la pechera del jugador y le alabó su profesionalidad: «Luuk es parte de la plantilla. Somos el Barça y no va a jugar nadie por el nombre. Van a jugar por rendimiento, porque se lo merecen. El tema de la meritocracia es para mí muy importante. ¿Cómo voy a sacar a Luuk del equipo? Está haciendo goles, está marcando diferencias, nos está generando buenos desmarques, jugando de cara… Muy bien. Es un ejemplo para el equipo. Si sigue rindiendo va a seguir jugando».

Y parece que Luuk de Jong no tiene intención de dejar de jugar así, como siempre lo ha hecho, lo que le hizo destacar en el PSV en la Eredivisie a base de goles y que le valió para firmar por el Sevilla. En el Barça, donde nadie le esperaba, está encontrando la forma de marcar diferencias. Ahora vuelven otros jugadores importantes y le surge un gran problema: ¿podrá aguantar a Luuk y mantener su máxima con la meritocracia?