EL RUTÓMETRO

Llega la Vuelta

Vuelta España 2023
Así es la Vuelta a España 2023. (AFP)

Se dice que podemos estar ante una de las mejores Vueltas de los últimos tiempos. Estoy de acuerdo con la afirmación. Solo el plantel de ciclistas que estarán presentes en Barcelona, el día del arranque, confirma la declaración. En esta edición nadie podrá decir que la Vuelta es el premio de consolación de la temporada. La presencia de Vingegaard ha terminado de completar un cartel de ensueño.

La Vuelta ya hace años que goza de una excelente salud deportiva. Las ediciones que terminaron con el triunfo de Roglic y la del año pasado, con Evenepoel de vencedor, han revalorizado a la ronda que capitanea Javier Guillen. No es casual que el último vencedor del Tour haya querido estar presente. Un indicativo de su ambición y sed de triunfos.

La pregunta es qué rol desempeñará el danés ante la presumible jefatura de Primoz Roglic, último ganador del Giro y quien persigue su cuarta vuelta en el último quinquenio. Lo evidente es que el Jumbo-Visma vuelve a presentar un equipo antológico. La lista de escogidos continúa con el mejor gregario del mundo, Sepp Kuss, quien firmará un triplete con Giro, Tour y Vuelta, el veterano Gesing, el destacado escalador Kelderman y rodadores de la talla de Van Baarle. Si hay que inclinarse por el factor equipo a la hora de elegir un favorito, el Jumbo-Visma tiene todos los números.

No será una Vuelta fácil. Alguien puede replicar que ninguna lo es, y no le falta razón. Sin embargo, así como el año pasado Remco Evenepoel supo gestionar una excelente primera semana y la contrarreloj de Alicante, presumo que, con el trazado ideado para esta edición, será fácil ver intercambios de lideratos, salvo que, desde la contrarreloj por equipos inaugural, los Jumbo asienten un reinado absolutista con intercambio de papeles en función de los acontecimientos.

De lo que no tengo ninguna duda es que la montaña decidirá más que nunca. Desde la primera semana se obliga a los favoritos a llegar en un óptimo estado de forma. Aquellos tiempos en lo que se destinaban los primeros compases a adquirir el tono adecuado, pasaron a la historia. Desde el primer momento la exigencia será máxima y no se interrumpirá la dureza hasta Madrid. Ordino, Javalambre, Tourmale, Angliru y así hasta siete finales en alto no esconden la verdad de la dureza de un recorrido pensado para que lo gane, indiscutiblemente, el más fuerte del pelotón.

Barcelona y las tres provincias catalanas vuelven después de once años al trazado de La Vuelta. Un signo saludable que seguro será bien recibido por la afición. Cataluña es uno de los territorios con mayor número de licencias y con un peso histórico indiscutible en el ciclismo español. Si el País Vasco celebra protagonizar la Grand Depart del Tour como vimos hace poco más de un mes, Utrech hizo lo propio el año pasado con La Vuelta’22, y Hungría convirtió en una fiesta rosa el paso del Giro el mismo año a cambio de unos importantes emolumentos, que Cataluña protagonice la primera semana es un motivo de celebración deportiva que no debería emplearse en reivindicación política, como ya han anunciado algunos. Para eso ya hay otros foros y espacios. Centrémonos en lo importante. Hablemos solo de ciclismo por unos días.

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