«Lo del Camp Nou fue una vergüenza, si nos pitan a nosotros así, sólo se hablaría de robo, atraco…»

A pesar de que muchos se temían lo peor, en el Real Madrid se quedaron «alucinados» con el escandaloso arbitraje del Barcelona-PSG, que ayudó descaradamente a los azulgranas a lograr el pase a cuartos de la Champions. Tanto el vestuario como la cúpula del club blanco no daban crédito a lo que estaba perpetrando Denis Aytekin sobre el césped del Camp Nou.

«Fue peor que lo de Ovrebo en Stamford Bridge. Un escándalo. Una vergüenza», dice uno de los capitanes del Real Madrid, que todavía hoy, dos días después del partido, no se cree que el colegiado pitara el penalti imaginario de Luis Suárez ni que «se hiciera el ciego» en los tres penaltis que cometió el Barça, «sobre todo en el de Mascherano a Di María».

Esa misma sensación, entre la indignación y el alucine, se comparte en la directiva del Real Madrid, que piensa en una suerte de justicia divina que acabe emparejando a los blancos con el Barcelona en la Champions y que acabe con la clasificación del equipo de Zidane. «El arbitraje del Camp Nou fue una vergüenza. Seguro que no podrán dormir tranquilos con lo que han hecho y que se ha visto en toda Europa», aseguran en la cúpula del Bernabéu.

Los dirigentes y los futbolistas coinciden en señalar el doble rasero del trato mediático que ha tenido el escandaloso partido del Camp Nou, donde Aytekin fue absolutamente decisivo al favorecer al Barça, con el que recibe el Real Madrid cada vez que hay polémica en uno de sus arbitrajes. «Si nos pitan a nosotros así, se lía la mundial. Sólo se hablaría de atraco, robo…», dicen resignados en el vestuario de Valdebebas.