El Getafe jugó sucio: césped alto y seco y 23 faltas para frenar al Madrid

El Real Madrid ganó en Getafe en los últimos minutos del partido. Los blancos se volvieron a complicar, aunque finalmente sacaron los tres puntos del Coliseum Alfonso Pérez. Un partido trabado y jugado muy bien por parte de los azulones, que trataron de impedir por todos los medios que el conjunto madridista estuviera cómodo sobre el césped.

Precisamente, una de las armas de los de Bordalás fue el verde. Como ya ocurriera ante el Barça, el Getafe trataba de rascar puntos frente a uno de los equipos más imponentes de LaLiga dejando más largo de lo habitual el césped. Un tema que ha causado polémica en los últimos días. Simeone fue el último en avivar el debate sobre el estado del tapete al apuntar que «cuando me invitas a tu casa voy con tu mantel, tus platos y tus vasos».

El Getafe, por tanto, utilizó sus armas. Además de dejar el césped del Alfonso Pérez largo, lo dejó seco, lo que complicaba la fluidez y circulación del balón del conjunto madridista. Pero no quedó ahí la cosa. Los de Bordalás no pararon de hacer faltas a lo largo del encuentro. Hasta 23 infracciones señaló Martínez Munuera por parte de los locales.

La intención estaba clara: impedir que los madridistas desplegaran e impusieran su juego. Y vaya que lo consiguieron. No fue el partido más brillante de los de Zidane, que además se encontraron con un Getafe bien plantado, replegado y con las líneas juntas y ordenadas.

Bordalás buscó sus opciones y las tuvo. El conjunto del sur de Madrid se encontró con un gol -en fuera de juego- de Jorge Molina que empataba el partido. Estuvieron cerca de lograr rascarles un punto a los madridistas, algo que les hubiera alejado más en la clasificación respecto al Barça. Precisamente, los azulgranas pasaron por los mismos apuros y con un planteamiento igual del conjunto azulón.

Por si fuera poco, el juego defensivo del Getafe salió indemne. El Madrid hizo en todo el partido ocho faltas y terminó con tres amarillas. Sin embargo, los azulones acabaron sólo con dos. Una proporción mucho menor que la de los de Zidane.