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ATLÉTICO DE MADRID

¿Cristiano al Atlético? No es imposible, pero obliga a muchos sacrificios

En primer lugar, económico: hay que vender a saco para hacerle sitio

En segundo lugar, deportivo: su puesto lo ocupa en el equipo Carrasco, indiscutible para Simeone

En tercer lugar, social: Cristiano es el jugador más odiado por la afición rojiblanca

Pero el club no lo descarta si todas las circunstancias son favorables

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¿Cristiano al Atlético? Parecía una broma, pero a medida que han ido pasando los días la posibilidad ha ido tomando a cuerpo como la tomó hace dos años la llegada de Luis Suárez. Sin embargo las circunstancias son radicalmente diferentes y en este caso el Atlético estaría obligado a asumir un enorme sacrificio para hacerle sitio al portugués.

El Atlético no ha ido a buscar a Cristiano. Ha sido justo al revés. CR7 quiere salir como sea de Manchester y Jorge Mendes le ha tendido un cable a Miguel Ángel Gil Marín, que de inmediato le ha trasladado a Simeone una opción con la que nadie podía ni soñar. El Cholo la ha cogido al vuelo, pero para que cristalice deben compaginarse demasiados eventos que a día de hoy parecen contradictorios.

En primer lugar el aspecto económico, sin duda el más importante de todos. La llegada del portugués sólo es posible como consecuencia de liberar una enorme cantidad de masa salarial. O, lo que es lo mismo: disponer del salario de Morata, Saúl y Lodi, además de traspasar a Lemar y, lo que es aún más doloroso, aceptar la marcha de Carrasco a la Premier.

No hay todavía cifras reales de lo que podría costar la operación de fichaje de Cristiano, pero es evidente que habría que pagarle un traspaso al Manchester United y que el jugador exigiría por lo menos dos temporadas. Y eso, hablando de un futbolista que en febrero cumplirá 38 años, por mucho que se haya y se esté cuidando, es un riesgo enorme.

Luego está el problema deportivo: Cristiano Ronaldo ocupa en el campo exactamente la misma posición que el belga, pero con una diferencia abismal en cuanto a actitud defensiva. Carrasco juega como carrilero izquierdo, mientras que Cristiano se tira a esa banda para exprimir las diagonales. No son jugadores compatibles en ese lugar del campo, sobre todo en el sistema actual de tres centrales que utiliza Simeone.

Por supuesto hay soluciones. La primera, devolver a Reinildo al lateral izquierdo y pasar a defensa de cuatro. Cabe incluso la opción de cambiar a Carrasco de banda si es que se consigue mantenerle en la plantilla -lo que parece imposible porque habría que generar mucho dinero para fichar al portugués-, pero está demostrado que el belga no rinde bien en la derecha.

Y, por supuesto, habría que resolver cómo compaginar un ataque formado por Griezmann, Joao y Cristiano sin que eso resienta defensivamente al equipo. La llegada de Witsel aplaca en parte ese desequilibrio, pero no es suficiente. Al lado del suizo haría falta otro centrocampista de sacrificio.

Pero todos esos problemas, el económico y el deportivo, no son nada comparados con la fractura social que podría suponer la llegada de Cristiano al Metropolitano. El portugués es, con mucha diferencia, el jugador más odiado por la afición rojiblanca. Conseguir que fuera aceptado por la grada sería una labor titánica, muchísimo más complicada que la que supuso el pasado verano el regreso de Griezmann.

Sin embargo hay algo que es evidente y que juega a favor de Cristiano: a Simeone no le desagrada esa posibilidad y Gil Marín entiende que sería un salto enorme para el club a nivel de imagen. Por ese pequeño resquicio puede colarse un jugador que esta pasada temporada se ha acercado a un salario de 30 millones de euros en Inglaterra. ¿Imposible? Nada es imposible. ¿Improbable? Altamente improbable, pero también lo parecía el regreso de Griezmann y…