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Fue su apuesta electoral en 2015: Messi, Neymar y Suárez

Bartomeu destruye su propio tridente: ni Neymar, ni Suárez ni Messi

Josep Maria Bartomeu, en cinco años, ha destruido aquello por lo que se vanagloriaba, su tridente. Primero fue Neymar y hoy le siguen Suárez y Leo Messi en una de las peores gestiones de la presidencia culé que se recuerdan

Corría el año 2015 cuando Josep Maria Bartomeu presentó su candidatura para la presidencia del Fútbol Club Barcelona. Bo per al Barça, decía el eslogan promocional de la campaña del hoy aún presidente blaugrana, aunque no fueron aquellas las palabras que aún resuenan de aquel inicio que  hoy suenan a final. «Tenemos un triplete y tridente. Cerramos un ciclo ganador y abrimos otros sin hacer ruido. Somos el primer club del mundo en ingresos», lanzaba en su precampaña el empresario barcelonés.

Hoy, cinco años después, Bartomeu ha destruido todo aquello que dijo tener, por no mencionar que no abrió ningún nuevo camino. Sin triplete desde entonces, el presidente culé tardó solo dos años en partir una de las patas de su trípode. El verano de 2017 quedará marcado en la historia del Barça como el de la venta de Neymar. Una relación deteriorada, algún que otro engaño y gestos inapropiados provocaron su marcha al Paris Saint Germain. El brasileño se encargó de depositar los 222 millones de euros que costaba su cláusula de rescisión. El traspaso sigue siendo el más caro de la historia.

Bartomeu invirtió fuerte para devolver a la estructura la pieza que había dejado escapar (Dembélé, Coutinho…), pero fue incapaz de lograrlo. La sombra de Neymar fue terriblemente larga, inasumible e irreparable. Mil y un escándalos desde entonces, con una relación quebrada entre el presidente y el vestuario, con varios intentos de enmendar su error trayendo de vuelta al brasileño, lo único que logró fue ahondar más si cabe en su nefasta planificación. Una vez más.

Verano de 2020 y el tridente que encumbró Bartomeu lo destruye. A Luis Suárez le colocó, sin mediar palabra con el uruguayo, el cartel de transferible. Era lógico el mosqueo del delantero, que reconocía que nadie había hablado con él para transmitirle que se buscara equipo. Hay formas y formas. Con todo esto, el burofax. Todo hecho tiene sus consecuencias y los pasos del presidente tienen las justas.

Leo Messi se echa a un lado y no volverá a vestir la camiseta blaugrana. Parece una decisión firme, inamovible por parte del argentino, que no se presentó a los test PCR a los que estaba citado como jugador aún culé. El pulso con el argentino está ya sobre la mesa, que ya no duda en limitarse a la cláusula de rescisión del futbolista si quiere salir del Camp Nou. Hay formas y formas, pero como esta de destruir un tridente de oro, pocas.

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