A22 presenta su decálogo

Así será la Superliga: 60 equipos mínimo y ninguno con plaza fija

Superliga
Guillermo Sáez

La Superliga ha desvelado las líneas maestras del proyecto con el que pretende revolucionar el fútbol europeo. El CEO de la competición, Bernd Reichart, ha publicado un decálogo con las líneas fundamentales del torneo, entre las que destacan que el número de participantes se moverá entre 60 y 80 clubes y que ninguno de ellos tendrá plaza fija.

La Superliga también pone el acento en el respeto a las ligas nacionales, la gobernanza de los propios clubes sin participación de otros organismos (como ocurre ahora con la UEFA) o el respeto a la normativa comunitaria. Además, garantiza al menos 14 jornadas de competición por temporada, cuando el máximo actual en la Liga de Campeones son 13 partidos y sólo para los dos clubes que alcanzan la final.

«Los clubes, que son los que asumen todos los riesgos empresariales, se ven frecuentemente obligados a quedarse al margen cuando se toman decisiones trascendentales para su futuro, mientras se desangran deportiva y financieramente. En los encuentros que hemos mantenido hasta el momento hemos podido sentir el temor de los clubes a manifestarse públicamente contra un sistema en el que la amenaza de sanciones se utiliza para impedir cualquier intento de oposición. Nuestro diálogo ha sido honesto, directo y fructífero. Y las conclusiones son claras, tanto sobre la necesidad de cambiar el sistema como sobre el modo de hacerlo», señala Reichart en un comunicado.

Estas son las diez normas con las que la Superliga quiere relanzar su proyecto, mientras el caso sigue judicializado a la espera de que la próxima primavera se conozca la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE).

Decálogo de la Superliga

1. Competiciones abiertas y basadas en el mérito deportivo. La liga europea de fútbol debería ser una competición abierta, con varias divisiones, compuesta por entre 60 y 80 equipos, y que permita una distribución sostenible de ingresos a lo largo de la pirámide del fútbol. La participación cada temporada debería basarse en el mérito deportivo, sin que existan miembros permanentes.

2. Competiciones nacionales. Los clubes participantes deberían seguir comprometidos con sus competiciones y torneos nacionales, tal y como hacen en la actualidad. Al mismo tiempo, debe abordarse la necesidad crítica de reforzar y hacer más competitivos los torneos nacionales en todo el continente.

3. Mejorar la competitividad con recursos estables y sostenibles. Mejorar la competitividad de los clubes europeos requiere un mayor reparto de recursos financieros para toda la pirámide y normas de sostenibilidad financiera que se apliquen de forma rigurosa (…) Un mejor y más atractivo formato de competición europea generaría recursos adicionales, y no cabe duda de que la estabilidad financiera de los clubes se incrementaría notablemente si se les garantiza un mínimo de 14 partidos europeos por temporada.

4. La salud de los jugadores. La salud de los jugadores debería ser un factor esencial para determinar el número de partidos que deben jugarse cada año. El número de jornadas de competición europea no debería aumentar con respecto al planificado en los calendarios actuales.

5. Competiciones gobernadas por los clubes con normas de sostenibilidad financiera transparentes y aplicadas de forma rigurosa. Las competiciones europeas de clubes deberían estar gobernadas por los clubes, como ocurre en el ámbito nacional, y no por terceros que se benefician del sistema sin asumir ningún riesgo. Su estructura de gobernanza debe cumplir plenamente con la normativa de la UE.

6. La mejor competición de fútbol del mundo. El objetivo debe ser desarrollar una competición europea de fútbol que se convierta en el acontecimiento deportivo más emocionante del mundo.

7. Mejorar la experiencia de los aficionados. Deberían tomarse medidas adicionales para facilitar la asistencia de los aficionados a partidos fuera de casa. También deberían establecerse normas con el objetivo de regular la calidad de los estadios y demás infraestructuras del fútbol, mejorando así la experiencia del fútbol en directo.

8. Desarrollar y financiar el fútbol femenino. Las inversiones en el fútbol femenino deberían destinarse tanto al nivel profesional como al desarrollo del fútbol base.

9. Aumentar significativamente la solidaridad. Contribución de un mínimo de 400 millones de euros anuales destinados a solidaridad, clubes que no participen en la competición y causas sociales. Esa cantidad es más del doble de la contribución de las actuales competiciones europeas.

10. Respeto de los valores y normativa de la Unión Europea. Ningún club europeo debería verse obligado a someterse a sistemas de resolución de conflictos ajenos a la Unión Europea y su Estado de Derecho.

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