El tiempo que aguanta abierta una botella de vino
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El vino es la bebida más consumida durante las fiestas navideñas ya que marida estupendamente tanto con carnes como con pescados y mariscos. Realmente, existe un vino perfecto para cada plato. Sin embargo, ahora que solemos reunirnos pocas personas por la pandemia del Covid-19, lo normal es que no nos terminemos la botella de vino.
A la hora de guardarla, llega el momento de preguntarnos cómo debemos hacerlo para que aguante unos días en perfectas condiciones. Debemos tener en cuenta que se trata de una botella de vino ya abierta, así que conviene tener en cuenta una serie de consejos.
Según recoge ‘Gizmodo’ en una población, una vez abierta, la botella de vino comienza a oxidarse inmediatamente. Se trata de un proceso que no podemos evitar, pero sí ralentizar.
Corcho
Lo primero y más importante es que, cuando vayamos a abrir la botella de vino, no tiremos el corcho. Es más, lo ideal es que lo coloquemos cada vez que acabamos de servir. El corcho tiene la suficiente densidad para que el vino se mantenga fresco sin sellar el aire por completo.
Pero, ¿qué podemos hacer si el corcho se ha perdido o se ha roto? Lo mejor es utilizar un tapón reutilizable. Si no tenemos uno a mano, también tenemos la opción de utilizar un trozo de plástico con una goma. Es la mejor forma de evitar que el vino coja mal sabor por estar expuesto a una gran cantidad de oxígeno.
Nevera
¿Dejar el vino a temperatura ambiente o meterlo en la nevera? Siempre hay que meterlo en la nevera por una razón muy simple: ahí dentro está más protegido del calor y la luz.
No es una buena idea colocar la botella en la puerta porque de tanto abrirla y cerrarla, estará sometida a una variación constante de temperatura. Esto alterará rápidamente su sabor y aroma.
Si no tenemos sitio en la nevera, la botella de vino abierta podemos guardarla en un ambiente oscuro y fresco. La temperatura no debe superar los 22 grados.
Cuando están bien cerrados y refrigerados, la gran mayoría de blancos y tintos duran entre dos y cinco días manteniendo sus propiedades y su sabor intactos. En cuanto a los espumosos, duran algo menos: entre uno y tres días. También hay algunos vinos naturales que no duran más de un día.
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