¿Lees los términos y condiciones de las páginas web antes de aceptarlos?
Entrar en una página web, registrarnos y darle al botón sin ni siquiera ser conscientes lo que estamos aceptando. Es una mecánica habitual en internet, tal y como ha certificado una encuesta realizada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) sobre la experiencia de los usuarios en la gestión de la privacidad de los datos personales, su cesión y posterior uso con fines comerciales por parte de empresas, servicios y administraciones en internet. Los resultados revelan que casi nueve de cada diez internautas reconocen aceptar los términos y condiciones de los servicios en internet sin leerlos.
¿Y por qué hemos adquirido esta costumbre? De acuerdo al 78% de los encuestados se debe a que para usar el servicio es obligatorio a aceptar los términos y condiciones impuestos por las empresas. Que estén escritos en otro idioma, en un lenguaje muy complicado o con un tamaño de letra diminuto son otras de las razones que esgrimen para aceptar sin leer estas condiciones generales.
Un dato preocupante para la OCU es que, el 69% de los internautas que no lee los términos y condiciones manifiesta que no le preocupan los datos de privacidad, lo que unido a la imposición de facto de las condiciones de privacidad por parte de las empresas agrava la situación de desprotección de una gran mayoría de usuarios en lo referente a la privacidad y el uso de los datos por parte de las empresas en internet. Esto explica «la poca confianza» de los consumidores en la gestión de sus datos personales por parte de las empresas y organizaciones.
Por sectores son los bancos, los servicios de las administraciones públicas, los seguros privados de salud y los de hogar los que según los usuarios mejor protegen y gestionan la privacidad. Por el contrario, las apps de gestión de tarjetas Fidelity y sobre todo las redes sociales (Facebook, Twitter…) son las que, en opinión de los usuarios, peor confianza les ofrece en cuanto a la protección frente a hackers y las que para ellos realizan una gestión más deficiente de la privacidad. Las aplicaciones de mensajería (WhatsApp) tampoco salen bien paradas y son minoría quienes las ven seguras.
Aunque prácticamente todos los consumidores aceptan los términos y condiciones que imponen las empresas, muy pocos son los que modifican la configuración de la privacidad una vez que han aceptado el servicio. Algo que sucede, según denuncia la OCU, “porque al 70% de los consumidores le parece complicado restringir el acceso de terceros a sus datos”.
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