Son las zonas más sucias de tu cuerpo y siempre te olvidas de lavarlas en la ducha
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La ducha forma parte de nuestra rutina de higiene diaria, y por lo general no supone ningún problema, ya que es algo muy sencillo y que tenemos completamente interiorizado. Es tan simple como meternos en la ducha, dejar que el agua caiga sobre la piel, enjabonarnos y secarnos. Sin embargo, muchas veces solemos olvidarnos de las partes más sucias del cuerpo, lo que puede dar lugar a graves problemas de salud.
¡No te olvides de estas partes del cuerpo al ducharte!
El ombligo, una zona a menudo descuidada, acumula suciedad debido a su forma de hendidura y condiciones húmedas. Debes secarlo meticulosamente después de la ducha y limpiarlo suavemente con un bastoncillo humedecido en agua tibia y jabón o alcohol una vez por semana. La falta de limpieza puede causar mal olor e incluso infecciones.
La nuca, a menudo olvidada, es una zona cálida y húmeda propensa a acumular suciedad. Sin embargo, limpiarla adecuadamente no es nada fácil, así que préstale mucha atención cuando vayas a lavarte el pelo. El cuero cabelludo alberga numerosas glándulas sudoríparas y requiere una limpieza regular para prevenir la formación de caspa. Al lavarte el pelo, tómate unos minutos para masajear suavemente el cuero cabelludo para mantenerlo libre de suciedad.
Debajo de las uñas, se acumulan con facilidad suciedad y bacterias, dado que las manos están en contacto con diversas superficies. A pesar de lavarlas con regularidad, es probable que no se elimine toda la suciedad de manera completa. Expertos recomiendan usar un cepillo o un algodón humedecido con jabón y agua tibia para limpiar debajo de las uñas, frotándolas suavemente. Además, mantener las uñas cortas contribuye a una limpieza más efectiva.
Por otro lado, lavarte la espalda durante la ducha puede resultar complicado, pero puedes utilizar un cepillo específico para llegar a todos los rincones y mantenerla libre de suciedad. Asimismo, los codos son otra de las partes del cuerpo a las que menos atención se le presta y, sin embargo, acumula mucha suciedad porque están en contacto con diversas superficies.
Y, por último, los pies, que acumulan una gran cantidad de suciedad y no reciben la atención que merecen. Para asegurar una limpieza adecuada, es recomendable utilizar una esponja para lavar minuciosamente las plantas de los pies, así como el espacio entre los dedos. Esto ayuda a protegerlos de infecciones y a prevenir el desarrollo de malos olores.
Consejos para una buena ducha
En invierno, es tentador ducharse con agua muy caliente, pero no es recomendable para la piel. El agua caliente elimina los aceites naturales de la piel, dejándola seca y susceptible. Lo ideal es usar agua templada, alrededor de 35 a 37 grados centígrados. Esta temperatura no solo es más saludable para la piel, sino que también ayuda a ahorrar energía, siendo beneficioso tanto para la salud como para el bolsillo.
Los expertos recomiendan empezar la ducha lavándose el pelo y luego limpiar el resto del cuerpo de arriba a abajo. Al aplicar champú, es importante ser delicado para no dañar el cabello. Utiliza las yemas de los dedos, no las uñas, para masajear suavemente el cuero cabelludo y mejorar la circulación. Además, no te olvides de usar el champú para limpiar también las orejas.
La ducha es un entorno ideal para afeitarse o depilarse. Hacerlo cerca del final de la ducha garantiza que el vello esté húmedo y los poros abiertos, lo que facilita y mejora el proceso. Es importante secar la cuchilla después de cada uso para mantenerla en óptimas condiciones. Además, considera la posibilidad de instalar un espejo en la ducha para que el afeitado sea más cómodo, seguro y preciso.