Si haces esto en el trabajo es que eres una persona muy inteligente: lo dice el psicólogo Gabriel Jiménez

Persona muy inteligente
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

En el mercado laboral actual, cada vez más empresas son conscientes de que la inteligencia y el talento no se pueden gestionar de la misma manera que otros recursos. En este contexto, el psicólogo Gabriel Jiménez ha defendido la «libertad» como motor de compromiso y productividad: «las personas altamente inteligentes necesitan un grado de autonomía alto en su trabajo. La micro manipulación y la supervisión excesiva no solo las frustra, sino que también limita su creatividad y motivación». Cuando se hablamos de personas con un coeficiente intelectual alto, es fundamental entender que su rendimiento no depende única y exclusivamente del número de horas que trabajan o de la supervisión por parte de sus superiores.

Jiménez explica que «suelen rendir mejor cuando pueden elegir métodos, experimentar y proponer soluciones propias». Ahora bien, «esto no significa que rechacen toda estructura, sino que necesitan espacios donde la confianza y la flexibilidad sean parte del día a día». Estas personas prosperan profesionalmente en entornos donde se valora la creatividad y se fomenta la iniciativa. Por el contrario, un exceso de control puede generar frustración y desmotivación, lo que muchas veces se traduce en fuga de talento.

¿Eres una persona muy inteligente?

@coach.altascapacidades A un individuo altamente inteligente lo mata el micromanagement. No es solo incómodo: es una forma de asfixiar su creatividad y su motivación. Necesitan autonomía para explorar ideas, buscar soluciones y trabajar a su manera. Si tienes uno en tu equipo, dale espacio… y verás cómo sus resultados se disparan. #AltasCapacidades #PersonasAltamenteInteligentes #Neurodivergencia #Talento #Creatividad #PsicologíaEducativa ♬ sonido original – Gabriel Altas Capacidades

Uno de los aspectos clave que señala Jiménez es el liderazgo. Un jefe que entiende que «un liderazgo que entienda este equilibrio puede obtener lo mejor de su talento, mientras que uno que intente controlarlo todo probablemente lo pierda» tiene mucho más éxito a la hora de retener y potenciar a sus empleados. Para ello, es requisito indispensable que los líderes tengan plena confianza en sus equipos y adopten un modelo de trabajo basado en la orientación y la motivación, en lugar del control estricto. Gracias a la confianza que sus superiores depositan en ellos, las personas más inteligentes pueden explorar soluciones creativas e innovadoras y comprometerse con los proyectos.

Por otro lado, «las personas altamente inteligentes necesitan un grado de autonomía alto en su trabajo. La micro manipulación y la supervisión excesiva no solo las frustra, sino que también limita su creatividad y motivación», explica el psicológico. Esta reflexión resalta cómo el exceso de control puede ser contraproducente, sobre todo para quienes pueden pensar de manera estratégica y ver más allá de los procesos rutinarios. Además, la flexibilidad en el trabajo permite adaptarse mejor a cambios, algo imprescindible en un mercado como el actual.

La libertad en el trabajo también se traduce en bienestar emocional. Jiménez subraya que «suelen rendir mejor cuando pueden elegir métodos, experimentar y proponer soluciones propias», y esto no sólo afecta al rendimiento, sino también a la salud mental del trabajador. Un entorno que respeta la autonomía contribuye a un clima laboral más positivo y sostenible, donde el talento puede desarrollarse plenamente.

Retos y oportunidades para las empresas

Implementar un modelo de trabajo que respete la autonomía de los empleados implica una serie de desafíos que las organizaciones deben afrontar. Es fundamental establecer claramente los objetivos y las expectativas para que la libertad no se traduzca en desorganización y caos. Asimismo, hay que formar a los líderes para que adopten un estilo de trabajo basado en la comunicación y la confianza. En este sentido, las declaraciones de Jiménez son un recordatorio de que la gestión del talento requiere inteligencia emocional y comprensión del comportamiento humano.

Al mismo tiempo, las oportunidades que surgen al otorgar autonomía a los profesionales son enormes. Cuando los empleados sienten que se respetan sus opiniones y que realmente se valora su criterio dentro de la empresa, buscan activamente nuevas formas de optimizar recursos, mejorar procesos y aportar ideas.

La autonomía también permite experimentar con distintos métodos y enfoques, algo que en entornos demasiado rígidos es prácticamente imposible. Sin embargo, esta libertad exige un compromiso consciente con los objetivos y resultados de la organización.

En un mundo donde el talento escasea, es fundamental ofrecer un entorno donde se respete la independencia profesional para atraer y retener a los mejores. Los profesionales motivados y comprometidos no sólo producen más, sino que lo hacen con mayor calidad, innovación y proactividad. Esto se traduce en ventaja para la organización, como reducción de errores y mayor eficiencia.

Finalmente, cabe señalar que la autonomía tiene un impacto directo en el bienestar y la satisfacción laboral. Los empleados que sienten que tienen control sobre su forma de trabajar tienen más confianza en sus habilidades y se sienten más motivados, lo que se traduce en mayor implicación y lealtad hacia la empresa.

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