Ni el váter ni la cocina: este es el dispositivo con más microbios de cualquier casa, y nadie lo limpia a fondo
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Los estudios sobre higiene doméstica suelen centrarse en lugares como la cocina o el cuarto de baño. Sin embargo, los avances en microbiología han señalado un actor inesperado: el dispositivo con más microbios del hogar no es el que todos imaginan. Este hallazgo generó preocupación en la comunidad científica porque conecta directamente con cuestiones de salud pública.
Investigaciones recientes muestran que la falta de limpieza profunda de este aparato no sólo facilita la acumulación de microorganismos. También puede influir en la resistencia bacteriana frente a los antibióticos, un problema creciente a nivel internacional. La identificación de este riesgo ha llevado a replantear protocolos de uso y mantenimiento.
¿Cuál es el dispositivo con más microbios de cualquier casa y que pocos limpian?
El electrodoméstico identificado como dispositivo con más microbios es la lavadora. Aunque se la asocie con la limpieza, los estudios revelan que puede ser un reservorio de bacterias resistentes a los antibióticos.
En muchos hogares, las rutinas de lavado no alcanzan para eliminar todos los patógenos presentes en la ropa y en el interior del aparato.
Una investigación liderada por Katie Laird en la Universidad de Montfort (Reino Unido) demostró que varios modelos de lavadoras no lograban desinfectar de manera completa. En pruebas con programas rápidos y estándar, una parte significativa de las prendas seguía contaminada.
El problema no se limita a la ropa: en las gomas y compartimentos se desarrollan biopelículas donde las bacterias pueden sobrevivir durante largo tiempo.
Riesgo de transmisión de infecciones resistentes
La propagación de bacterias resistentes a los antibióticos representa un desafío mundial en salud pública. Cuando la lavadora se utiliza para lavar uniformes sanitarios en el hogar, la situación se complica aún más.
Diversos estudios han comprobado que este hábito podría contribuir a que infecciones hospitalarias se mantengan o se extiendan.
El problema radica en que los microorganismos encuentran en el interior de las lavadoras un entorno húmedo y favorable. Además, el uso insuficiente de detergentes o temperaturas más bajas de las recomendadas expone a las bacterias a condiciones subletales.
Esa exposición puede favorecer que desarrollen mecanismos de resistencia, dificultando después su eliminación con antibióticos.
Evidencia científica que confirma a la lavadora como el dispositivo con más microbios
En un estudio alemán, se detectó un episodio en el que la ropa de bebés hospitalizados contenía bacterias resistentes a los antibióticos. Tras rastrear el origen, los investigadores hallaron que provenían de una lavadora doméstica utilizada en el centro.
El patógeno se encontraba en el cajetín del detergente y en las gomas de la puerta. Desde que se retiró el aparato, no se han vuelto a registrar contagios similares en ese hospital.
Como se mencionó previamente, la revista PLOS ONE también publicó resultados de análisis en seis modelos de lavadoras. Se comprobó que, incluso en ciclos a 60 °C, muchas máquinas no alcanzaban la desinfección esperada.
Los autores subrayan que lavar no equivale a esterilizar, y que la carga microbiana puede permanecer en niveles significativos incluso tras un ciclo completo.
Medidas de prevención y mantenimiento de la lavadora
Los especialistas recomiendan medidas concretas para reducir los riesgos asociados al dispositivo con más microbios. Entre ellas destacan estas prácticas:
- Usar ciclos de alta temperatura, preferiblemente por encima de los 60 °C.
- Aplicar programas de higiene o de 90 °C de forma periódica, destinados a limpiar el interior de la lavadora.
- Emplear desinfectantes específicos para lavadoras, capaces de reducir la acumulación de biopelículas.
- Planchar las prendas tras el lavado, ya que la temperatura contribuye a eliminar microorganismos residuales.
- Mantener el aparato libre de cal para garantizar que las resistencias alcancen las temperaturas necesarias.
En el caso de entornos sanitarios, se plantea que los uniformes se laven en máquinas industriales bajo control estricto. De esta manera, se asegura un nivel de desinfección que no siempre garantizan los modelos domésticos.
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