Las mejores frases de Francis Bacon
Francis Bacon fue el primer barón Verulam y canciller de Inglaterra. Pero especialmente se le conoce como filósofo, político y escritor inglés.
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Francis Bacon fue el primer barón Verulam y canciller de Inglaterra. Pero especialmente se le conoce como filósofo, político y escritor inglés.
En su espíritu más filosófico, se le ha nombrado como padre del empirismo filosófico y científico. Aquí van algunas de las mejores frases de Francis Bacon.
La cabeza de muchas personas de alta estatura se parece a las casas; el piso más alto es el peor amueblado.
La imaginación se le dio al hombre para compensarlo por lo que no es; y sentido del humor para consolarlo por lo que es.
La soberanía del hombre está oculta en la dimensión de sus conocimientos.
Los padres que desean entrenar a sus hijos en la manera en que deben ir, deben interponerse en la forma en que llevarían a sus hijos.
En resumen: nuestras propensiones afectivas impregnan y envenenan al entendimiento de incontables modos y, a menudo, de una manera imperceptible.
Son los malos descubridores los que piensan que no hay tierra cuando no pueden ver nada más que mar.
Escribe los pensamientos del momento. Aquellos que vienen sin ser buscados son comúnmente los más valiosos.
La naturaleza está a menudo escondida, a veces dominada, raramente extinguida.
Tampoco es posible descubrir las partes más remotas y profundas de cualquier ciencia, si permanecemos sólo en el nivel de la misma ciencia, y no ascendemos a una ciencia superior.
El conocimiento se adquiere leyendo la letra pequeña de un contrato; la experiencia, no leyéndola.
Algunos libros deben ser probados, otros son para ser tragados y algunos son para ser masticados y digeridos.
Vengándose, uno se iguala a su enemigo; perdonándolo, se muestra superior a él
La verdad es hija del tiempo, no de la autoridad.
El silencio es la virtud de los locos.
No hay cosa que haga más daño a una nación como el que la gente astuta pase por inteligente.
La perfección de la propia conducta estriba en mantener cada cual su dignidad sin perjudicar la libertad ajena.
Pensamos según nuestra naturaleza, hablamos conforme a las reglas y obramos de acuerdo con la costumbre.
Es error peculiar y perpetuo del entendimiento humano el que lo mueva y lo estimule más lo afirmativo que lo negativo.