Refranes

Has dicho esta expresión castiza miles de veces, y no sabías que es más madrileña que el chotis

Expresión, Madrid, curiosidades
Madrid. Foto: Wikimedia Commons / Francisco Anzola
  • Ana López Vera
  • Máster en Periodismo Deportivo. Pasé por medios como Diario AS y ABC de Sevilla. También colaboré con la Real Federación de Fútbol Andaluza.

El refranero español y el uso cotidiano de expresiones populares son un tesoro lingüístico que refleja la historia y la cultura de nuestro país. Las frases hechas y términos que utilizamos sin detenernos demasiado en su origen encierran historias fascinantes, conectándonos con costumbres arraigadas.

¿Quién no ha escuchado o utilizado alguna vez la expresión «ser una hortera»? Este término, que describe a personas con dudoso gusto al vestir y comportarse, tiene raíces mucho más profundas y una conexión sorprendentemente madrileña que quizás desconocías.

Significado actual de «hortera» según la RAE

En la actualidad, cuando hablamos de alguien como «hortera», nos referimos a una persona que no destaca precisamente por su buen gusto a la hora de vestir y combinar prendas y colores.

Se trata de individuos que suelen ir sobrecargados de complementos y que, en ciertas ocasiones, pueden mostrar un comportamiento algo vulgar y fuera de lugar en reuniones sociales.

La Real Academia Española (RAE) recoge este significado en su diccionario, definiendo «hortera» como un adjetivo coloquial y despectivo que califica a algo o alguien como vulgar y de mal gusto.

Este uso contemporáneo refleja una crítica estética y, en ocasiones, social hacia aquellos que se desvían de las normas de la moda. Sin embargo, este significado actual es la culminación de una evolución semántica que se inició hace varios siglos.

El fascinante origen madrileño de la expresión «ser una hortera»

La palabra «hortera» tiene una historia que se remonta al siglo XVII en Madrid. En aquella época, se utilizaba este término para referirse a los jóvenes que trabajaban como dependientes tanto en las farmacias como en las mercerías de la capital, quienes eran conocidos como mancebos.

Estos jóvenes solían pertenecer a clases sociales bajas y percibían salarios muy bajos, lo que inevitablemente se reflejaba en su vestimenta. Era común que llevaran ropas viejas y frecuentemente estropeadas, lo cual podría sugerir una conexión directa con el significado actual del término.

No obstante, el apelativo de «horteras» para estos dependientes no surgió precisamente de su manera de vestir. El origen se encuentra en un objeto cotidiano de su trabajo: un cuenco de madera que utilizaban para mezclar los diferentes ingredientes al preparar las recetas y fórmulas magistrales en las farmacias. Este cuenco de madera recibía el nombre de «hortera».

Con el tiempo, la conexión entre estos jóvenes empleados y el cuenco llevó a que se les conociera por este nombre. La denominación se fue generalizando progresivamente, extendiéndose primero a todos los aprendices y mozos que trabajaban como dependientes o recaderos en otros tipos de comercios también.

A mediados del siglo XIX, el término «hortera» ya era un mote ampliamente extendido para referirse a estos trabajadores. Finalmente, el uso de la palabra evolucionó hasta aplicarse a todas aquellas personas que van vestidas de una manera vulgar.

En definitiva, la expresión «hortera», tan común en nuestro vocabulario, tiene unas raíces profundamente madrileñas, ligadas a los humildes dependientes del siglo XVII y a un simple cuenco de madera. La próxima vez que utilices esta palabra, recordarás su curioso origen y su historia en la jerga castiza.

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