TRIBUNALES

El Supremo multa a un grupo de evangelistas por una estampida en el metro de Valencia

La joven indemnizada ha tardado 249 días en curar de las heridas sufridas al ser pisoteada

Ocho de los condenados son de origen alemán y el noveno es un iraní con residencia en Alemania

Los acusados profirieron gritos en el vagón del Metro de Valencia como el de "vais a arder en el infierno"

Tribunal Supremo Metro Valencia
Imagen de la fachada del edificio del Tribunal Supremo.
Ignacio Martínez

Un grupo de evangelistas de los que ocho eran de origen alemán y un noveno iraquí con residencia en Alemania han han sido objeto de la confirmación de una multa por la Sala Penal del Tribunal Supremo por el delito de lesiones por imprudencia en los sucesos que provocaron una estampida en el Metro de Valencia en agosto de 2018. Cada uno de los condenados deberá pagar una multa de 1.080 euros euros, así como una indemnización conjunta 13.306 euros a una joven de 25 años, que fue pisoteada por los viajeros que abandonaban precipitadamente el tren.

Según el Tribunal Supremo, los acusados, cristianos evangelistas, entraron en el vagón del Metro con un carro de la compra lleno de libros y cuadernillos de contenido religioso, mochilas y maleta. Uno de ellos blandía un gran cruz roja, mientras el iraquí vestía un chaleco o túnica con caracteres árabes.

Una vez en el vagón, que estaba totalmente lleno, uno de ellos comenzó a realizar proclamas con un megáfono en alemán, que otro iba traduciendo: «Tenemos un mensaje para vosotros: este metro está lleno de drogas, de formación (fornicación), de alcohol. La palabra de Dios dice…», mientras tanto, otros miembros del grupo grababan la escena y entregaban un tríptico en el que decía: ¿Adónde irías si murieras hoy mismo?

Un joven, que también viajaba en el vagón, al escuchar estas palabras dijo: «De algo hay que morir, c…». Y, a continuación, algunos viajeros se levantaron asustados de sus asientos y se dirigieron a la puerta del vagón. Allí, se agolparon. En ese momento, el joven se levantó y dijo a su vez: «Qué es mentira, c… Válgame Señor».

Según los hechos probados, se generó entonces una situación de temor entre los ocupantes del vagón, «a los que les llegan no sólo las exaltadas palabras de los acusados, sino la posibilidad de que pudiera tratarse de un ataque con gas, y que tratan de salir del convoy a todo trance, por lo que activan el botón de parada del tren», que se detuvo en una de las estaciones: la de Alameda, «produciéndose una avalancha. Mientras esto sucedía, los acusaron continuaron diciendo: «Jesucristo os ama, no tengáis miedo, sólo miedo del pecado».

A consecuencia de la estampida, los usuarios se empujaron unos a otros. Varias personas resultaron contusionadas, si bien no requirieron atención facultativa a excepción de una joven que fue pisoteada por los viajeros que abandonaban el convoy precipitadamente. A consecuencia de ello, sufrió edemas óseos y esguince, que tardó 249 días en curar.

Mientras, los acusados continuaron con su actitud. Y siguieron lanzando mensajes como: «Vais a arder en el infierno», «los españoles sois unos perros, sólo fumáis marihuana» o «hemos venido de Alemania para salvaros». Además, no querían abandonar el vagón. Sólo con la llegada de una dotación del Cuerpo Nacional de Policía y cuando se vieron esposados, depusieron su actitud.

El Supremo ha destacado que el comportamiento inicial voluntario de los acusados, lanzando mensajes por un megáfono y con trípticos con mensajes apocalípticos implicó una conducta arriesgada o peligrosa para el bien jurídico, que en este caso representaba la integridad física de los viajeros.

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