Toda la verdad sobre si la sal engorda o no: la respuesta, según un estudio
Desde hace mucho tiempo, la sal ha sido objeto de debate en el mundo de la nutrición. Se sabe que su consumo excesivo puede provocar problemas de salud, especialmente en lo que respecta a la hipertensión y enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, su relación con el aumento de peso ha sido una cuestión más difusa y llena de mitos. A pesar de que la sal en sí misma no aporta calorías y, por ende, no engorda, algunos estudios recientes han comenzado a sugerir que su consumo podría estar vinculado con un mayor riesgo de obesidad.
Un nuevo estudio presentado en el Congreso Europeo sobre Obesidad, celebrado en Málaga, profundiza en esta relación. La investigación, liderada por Annika Santalahti, del Instituto Finlandés de Salud y Bienestar, analiza la conexión entre el consumo de sodio y la obesidad, tanto general como abdominal. Los hallazgos han generado interés en la comunidad científica, ya que sugieren que una dieta rica en sodio podría aumentar significativamente la probabilidad de padecer obesidad en hombres y mujeres, lo que refuerza la importancia de controlar la cantidad de sal en nuestra alimentación.
¿Es verdad que la sal engorda?
La sal está compuesta en un 60% por cloruro y un 40% por sodio. No sólo se utiliza para potenciar el sabor de los alimentos, sino que también cumple funciones esenciales en el organismo, como facilitar la absorción de nutrientes como la vitamina C. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la ingesta diaria recomendada de sal no debe superar los cinco gramos.
A pesar de estas recomendaciones, muchas personas superan ampliamente esta cantidad sin darse cuenta. Esto se debe a que numerosos productos alimenticios contienen grandes cantidades de sal oculta. Panes, quesos, carnes procesadas y otros productos cotidianos son responsables de un alto porcentaje del sodio que consumimos a diario. Es aquí donde surge la preocupación: no es la sal en sí la que engorda, sino los alimentos en los que está presente en exceso.
Relación entre el sodio y la obesidad
El estudio presentado en Málaga analizó la relación entre el consumo de sodio y la obesidad en una muestra de adultos finlandeses. Los investigadores utilizaron la concentración de sodio en la orina como indicador de la ingesta de sal. Los resultados fueron llamativos: las personas con una ingesta elevada de sodio tenían significativamente más probabilidades de presentar obesidad general y abdominal en comparación con aquellas con un consumo más bajo.
Las mujeres que estaban en el cuartil más alto de consumo de sodio presentaban 4,3 veces más probabilidades de padecer obesidad general y 3,4 veces más probabilidades de tener obesidad abdominal en comparación con las que consumían menos sodio. En los hombres, la relación era aún más marcada: aquellos con una ingesta alta de sodio tenían 6 veces más probabilidades de sufrir obesidad general y 4,7 veces más de desarrollar obesidad abdominal.
Posibles explicaciones biológicas
A pesar de que la sal no tiene calorías y, en teoría, no debería influir directamente en el peso corporal, existen algunas hipótesis que intentan explicar esta relación. Una posibilidad es que el consumo elevado de sodio aumente la sensación de hambre, lo que llevaría a una mayor ingesta de alimentos. Además, algunos estudios sugieren que el sodio podría afectar las hormonas de la saciedad, haciendo que las personas coman más de lo necesario.
Otra explicación tiene que ver con la calidad de la dieta. Los alimentos con alto contenido en sodio suelen ser ultraprocesados y ricos en grasas y azúcares. Esto significa que quienes consumen más sal también podrían estar ingiriendo mayor cantidad de calorías vacías, lo que favorece el aumento de peso. En otras palabras, no es tanto la sal en sí misma la que engorda, sino los productos en los que se encuentra en grandes cantidades.
Diferencias entre hombres y mujeres
Un aspecto interesante del estudio es que la relación entre el sodio y la obesidad parece ser más fuerte en los hombres. Según los investigadores, esto podría explicarse por el hecho de que los hombres tienden a consumir mayores cantidades de alimentos con alto contenido de sodio, como carnes procesadas y productos de panadería. Además, incluso después de ajustar los datos por ingesta calórica total, la asociación seguía siendo más pronunciada en el grupo masculino.
Esto sugiere que podría haber factores biológicos adicionales en juego, aunque todavía no se han identificado con precisión. Se necesitan más estudios para determinar por qué el sodio afecta de manera diferente a hombres y mujeres en lo que respecta al peso corporal y la distribución de la grasa.
Los hallazgos de este estudio refuerzan la necesidad de moderar el consumo de sal, no sólo por sus efectos en la presión arterial y la salud cardiovascular, sino también por su posible relación con la obesidad. Aunque la sal en sí misma no aporta calorías, su presencia en alimentos ultraprocesados podría estar contribuyendo al sobrepeso y la obesidad en la población.
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