Los lugares a los que volvemos en vida según la ciencia

Los lugares a los que volvemos en vida según la ciencia
Los lugares a los que volvemos en vida según la ciencia

Un nuevo estudio desvela que los seres humanos tenemos contados los lugares a los que volvemos en vida, y estos no superan los 25 sitios. Una información curiosa sobre el comportamiento de los individuos como tú o como yo.

Según este estudio publicado en el medio Nature Human Behaviour, tras analizar a uno total de 40.000 personas aproximadamente, se ha descubierto que todos tenemos una conducta muy parecida en este sentido.

En un primer momento, se analizaron a unos 1000 estudiantes universitarios. Los investigadores esperaban encontrar pautas de comportamiento variadas, pero lo cierto es que cuando ampliaron la investigación a 40.000 sujetos, descubrieron que las pautas de comportamiento son poco volubles, independientemente de la procedencia, el género o los hábitos.

¿Volvemos siempre a los mismos lugares?

Según este estudio, la conducta humana tiende a buscar nuevos sitios. Es cierto que vamos a conocer bares nuevos, nos mudamos a otras casas y ciudades, etc. Sin embargo, aquellos espacios que visitamos con regularidad se reducen a unos 25 en un periodo de tiempo determinado.

Curiosamente, según los datos del estudio, si un espacio nuevo aparece, eliminamos otro. Así pues, se mantiene un patrón constante que divide las localizaciones en categorías dependiendo de la frecuencia o el tiempo.

Es decir, los humanos encontramos una especie de equilibrio entre aquello que deseamos descubrir y explorar, y aquello que ya conocemos y que sabemos que nos gusta. Y de ahí se extrae la conclusión de que visitamos un número estable de sitios sin que afecten otros factores.

Ahora, esta investigación se asocia a otra algo más antigua que estipula que los humanos podemos tener un número limitado de amigos. Esta se relaciona con el comportamiento social de los humanos, de ahí que entronque con los sitios que visitamos durante nuestra vida. Es decir, una persona con más amistades, generalmente también visita más lugares.

O sea, hay una clara conexión entre la movilidad humana, es decir, aquellos espacios que queremos descubrir junto con los que ya conocemos y la cognición humana.

¿Para qué se pueden usar estos datos? La verdad es que hay muchos aspectos en los que podrían mejorar las condiciones de la vida humana. Por ejemplo, en el diseño de espacios públicos, mucho más adecuados para el comportamiento que mostramos los individuos. También se podrían desarrollar entornos urbanos cómodos y saludables, un transporte público más adaptado y adaptativo, etc. O sea, que las líneas de aprovechamiento son muy numerosas.

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