Los científicos se ponen en lo peor tras lo que han descubierto en el océano: las consecuencias son fatales
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Las consecuencias de lo que han descubierto estos expertos en el océano son fatales, no hay nada que podamos hacer para cambiar este futuro que nos espera. Parece que el planeta Tierra nos está mandando un importante mensaje que se ha convertido en uno de los más destacados. No sólo el cambio climático preocupa a los científicos, hay un elemento más profundo que está causando estragos en el sí de un planeta que parece que tiene mucho que ofrecernos.
Las profundidades del océano se han acabado convirtiendo en el punto de mira de aquellos expertos que han acabado sabiendo en todo momento lo que nos está esperando, de la mano de una serie de elementos que serán fundamentales. Tocará ver qué es lo que nos está esperando con algunos elementos que pueden ser los que acabarán marcando una diferencia importante. Habrá llegado ese momento de apostar claramente por unas consecuencias que pueden ser terribles y que en cierta manera debemos empezar a tener en cuenta. Los científicos han descubierto en el fondo del océano unos elementos que ponen los pelos de punta.
Las consecuencias son fatales
El ser humano se enfrenta a un futuro que puede ser devastador y en parte, como consecuencia de una serie de elementos que pueden afectarnos de lleno. Sobre todo, si tenemos en cuenta una serie de elementos que pueden acabar siendo los que marquen estas jornadas que tenemos por delante.
El planeta nos está mandando una serie de mensajes que pueden acabar siendo los que marcarán estos días que tenemos por delante y que pueden acabar siendo los que nos afecten de lleno. Será el momento de apostar claramente por una serie de elementos que acabarán siendo esenciales dentro de no mucho tiempo.
Lo que nos está esperando es una situación que tal y como vemos está más presente de lo que nos imaginaríamos. Sin duda alguna, habrá llegado ese momento de dejar salir una serie de detalles que irán de la mano. La ciencia investiga unas partes de nuestro día a día que pueden ser fundamentales.
Este tipo de elementos que tenemos en nuestras manos, pueden acabar siendo las que marcarán unos días cargados de buenas sensaciones que quizás hasta ahora no habíamos ni esperado. Son días de ver un poco más allá.
Lo que han descubierto los científicos en el océano
Tal y como nos explican desde el blog de la Universidad de Barcelona: «El descubrimiento lo presenta un artículo publicado en la revista Marine Pollution Bulletin, que tiene como autores principales a Miquel Canals, de la Facultad de Ciencias de la Tierra de la UB; Georg Hanke, del Centro Común de Investigación (JRC) de la Comisión Europea; François Galgani, del Instituto Francés de Investigación para la Explotación del Mar (IFREMER), y Victor Vescovo, de la empresa estadounidense Caladan Oceanic. Para llegar al fondo de la fosa marina —el aspecto más crítico de toda la investigación—, el equipo ha utilizado un submarino tripulado de alta tecnología: el Limiting Factor, un vehículo de sumersión profunda (en inglés, deep-submergence vehicle o DSV). Las imágenes aportadas por el Limiting Factor confirman que, aparte de acumularse en las costas, las aguas superficiales y los fondos más someros, los desechos marinos llegan también a los puntos más remotos y hondos del Mediterráneo, un mar especialmente afectado por las actividades humanas».
Siguiendo con la misma explicación: «La fosa de Calipso es una depresión situada a sesenta kilómetros al oeste de la costa del Peloponeso, en Grecia, dentro de la llamada fosa helénica, con varias depresiones similares, pero más someras. Ubicada en una zona de sismicidad elevada por las fallas activas, está rodeada de relieves escalonados bastante pronunciados y tiene desniveles de miles de metros, y un fondo prácticamente plano. La parte interna de la fosa, de más de cinco mil metros de profundidad, tiene forma de riñón y unas medidas aproximadas de veinte por cinco kilómetros. Pero ¿cómo ha podido llegar la basura a lugares tan profundos? Los desechos del fondo de la fosa de Calipso «provienen de diversas fuentes, tanto terrestres como marinas. Han podido llegar por varias rutas, que incluyen tanto el transporte a larga distancia por las corrientes marinas como el vertido directo», detalla Miquel Canals, catedrático del Departamento de Dinámica de la Tierra y del Océano y director de la Cátedra UB de Economía Azul Sostenible. «Parte de los desechos ligeros, como los plásticos, provienen de la costa, de donde se escapan hacia la fosa de Calipso, a tan solo sesenta kilómetros de distancia. Algunos plásticos, como bolsas, vagan justo encima del fondo hasta que quedan enterrados parcial o totalmente, o se desintegran en fragmentos más pequeños», apunta. «También hemos encontrado evidencias del vertido desde embarcaciones de bolsas llenas de basura, tal como revela el amontonamiento de distintos tipos de desechos seguido de un surco casi rectilíneo. Desgraciadamente, en cuanto al Mediterráneo, no sería desacertado decir aquello de que “no hay ni un palmo limpio”», alerta el experto. La fosa de Calipso va atrapando y acumulando en el fondo los materiales antropogénicos que llegan hasta ella: «Es una depresión cerrada, lo que favorece que se acumulen desechos en su interior. Las corrientes tan débiles que hay en la fosa —de unos dos centímetros por segundo y, excepcionalmente, dieciocho— también facilitan la deposición de desechos ligeros en el fondo»».
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