Los astrónomos no dan crédito: hallan en la Vía Láctea una burbuja gigante de plasma sin explicación
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Una estructura con propiedades inusuales fue detectada en una región remota de nuestra querida Vía Láctea. Se trata de una burbuja gigante de plasma que, al ser develada, desconcertó a la comunidad científica por su forma perfectamente circular y su escasa señal en distintas longitudes de onda.
Desde luego, este hallazgo despertó nuevos interrogantes sobre los mecanismos de formación y evolución de fenómenos cósmicos en el medio interestelar. Hasta ahora, ninguna teoría logra explicar completamente su origen ni sus características físicas más destacadas.
¿Qué es la burbuja gigante de plasma que encontraron en una zona tranquila de la Vía Láctea?
En un área alejada del plano principal de la Vía Láctea, los astrónomos se toparon con una burbuja que goza de propiedades que desafían las explicaciones actuales. El objeto fue bautizado como Teleios, término griego que alude a lo ‘perfecto’, en referencia a su forma casi completamente esférica.
El descubrimiento fue posible gracias a observaciones realizadas con el telescopio australiano ASKAP, como parte del proyecto EMU (Evolutionary Map of the Universe).
La estructura tiene un diámetro estimado de entre 14 y 48 años luz, dependiendo de su ubicación exacta, que se sitúa entre 2.200 y 7.700 años luz de la Tierra.
La simetría geométrica de Teleios es el aspecto que más ha desconcertado a los investigadores. El análisis preliminar indica que es redondo en un 95,4%, un valor atípico para estructuras asociadas a remanentes de supernova, que habitualmente presentan contornos irregulares debido a la interacción con el medio interestelar.
¿Hay antecedentes astronómicos similares a esta burbuja gigantesca de plasma?
A pesar de su semejanza morfológica con un remanente de supernova, la burbuja gigante de plasma no presenta señales características de estos eventos. No emite rayos X, no tiene emisión en luz visible o infrarroja, y su brillo en radiofrecuencia es extremadamente bajo.
Entre las hipótesis consideradas por los astrónomos figuran:
- Que se trate de una explosión extremadamente simétrica, ocurrida en una región con baja densidad de materia.
- Que el objeto esté orientado de forma que su forma real parezca más circular desde nuestra perspectiva.
- Que sea un tipo desconocido de remanente que no deje núcleo estelar visible, como una estrella de neutrones o un agujero negro.
Los científicos también han explorado la posibilidad de que se trate de una nebulosa planetaria, es decir, los restos de una estrella de masa baja o media.
Sin embargo, su tamaño, forma y características en radiofrecuencia no coinciden con este tipo de objetos.
¿Qué es lo que se sabe hasta el momento de Teleios y cómo avanzará la investigación?
Si el objeto se encuentra a la menor de las distancias estimadas, su edad podría ser inferior a 1.000 años. En cambio, si se halla en el punto más lejano, su formación podría datar de hace más de 10.000 años.
En ambos casos, su grado de conservación resulta llamativo, ya que estructuras de este tipo suelen distorsionarse con el paso del tiempo debido a la acción del entorno galáctico.
No hay constancia de observaciones históricas que indiquen la presencia de una supernova visible desde la Tierra en la dirección de Teleios. Esto refuerza la posibilidad de que el fenómeno haya pasado desapercibido por producirse en un sector del cielo poco monitoreado o por tener un bajo brillo desde el inicio.
Otra cuestión sin resolver es la ausencia de un núcleo compacto en su interior. En la mayoría de supernovas, el colapso del núcleo de la estrella genera un objeto residual, que suele ser detectable con las tecnologías actuales. Teleios, en cambio, parece no haber dejado rastro alguno de su progenitor estelar.
En declaraciones recogidas por el equipo liderado por M. D. Filipović, autor principal del estudio, se destaca que el hallazgo se produjo de forma fortuita al analizar imágenes del cielo tomadas para otros fines. «Nos topamos con un objeto tan simétrico que tuvimos que comprobar varias veces que no se trataba de un artefacto o error de los datos», explicó Filipović.
Según detalla el estudio, publicado en arXiv, Teleios podría formar parte de una nueva clase de objetos galácticos con simetrías extremas, cuya existencia hasta ahora no se había confirmado.
La importancia de los telescopios en este tipo de descubrimientos
La detección de esta burbuja gigante de plasma pone de manifiesto los límites de los instrumentos actuales para caracterizar fenómenos de baja energía. El telescopio ASKAP permitió visualizar su contorno gracias a su sensibilidad en radiofrecuencia, pero no ha sido suficiente para desentrañar su composición ni su dinámica.
Los investigadores confían en poder realizar observaciones complementarias con el Square Kilometre Array (SKA), una infraestructura aún en desarrollo que proporcionará imágenes de mayor resolución y sensibilidad en varias bandas del espectro electromagnético.
Este proyecto será clave para determinar si Teleios es un caso aislado o el primero de una categoría aún por definir.
Además, las futuras campañas de observación buscarán:
- Confirmar la distancia exacta al objeto mediante técnicas de paralaje o espectroscopía.
- Analizar su morfología tridimensional para evaluar posibles distorsiones de perspectiva.
- Investigar la presencia de emisiones en otras longitudes de onda que puedan haber pasado desapercibidas.
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