Así es Pablo Jarillo-Herrero, el científico español que podría ganar el Nobel de Física
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Pablo Jarillo-Herrero, físico nacido en Valencia en 1976, es un referente mundial en la ciencia. Actualmente, es catedrático en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), donde dirige su propio laboratorio. Tras licenciarse en Física en la Universidad de Valencia y obtener su doctorado en la Universidad Tecnológica de Delft, en 2005, continuó su carrera investigadora en instituciones prestigiosas como la Universidad de Columbia, hasta llegar al MIT en 2008. A lo largo de su carrera, ha recibido numerosos premios, entre ellos el Premio Presidencial a Jóvenes Investigadores Científicos, entregado por Barack Obama en 2012.
Este galardón, acompañado de un millón de dólares, le permitió avanzar en sus investigaciones, que podrían llevarlo a obtener el Premio Nobel de Física. En 2018, fue reconocido por su revolucionario trabajo sobre el grafeno, demostrando que al colocar dos capas de este material en un ángulo específico, se obtiene un aislante y superconductor, dependiendo de la intensidad del campo eléctrico aplicado. Además, en 2020, Jarillo-Herrero recibió dos prestigiosos premios, el Oliver E. Buckley y el Wolf, considerados como los pasos previos al Nobel. Su investigación sobre el grafeno, un material altamente prometedor para aplicaciones tecnológicas como smartphones y paneles solares, sigue siendo clave en el avance de la ciencia y la tecnología.
Pablo Jarillo-Herrero, candidato al Nobel de Física
Pablo Jarillo-Herrero ha sido reconocido por su investigación en el campo del grafeno, un material extraordinario que se ha convertido en el centro de una de las revoluciones científicas más prometedoras de las últimas décadas. Catedrático en el prestigioso Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), Jarillo-Herrero es conocido principalmente por su descubrimiento del «ángulo mágico» del grafeno, una aportación que ha sido fundamental en el avance de la superconductividad a temperatura alta.
Tras completar su licenciatura en Ciencias Físicas en la Universidad de Valencia en 1999, Jarillo-Herrero amplió su formación en el extranjero. Realizó un máster en la Universidad de California en San Diego y obtuvo su doctorado en la Universidad Técnica de Delft en 2005. En sus primeros años de investigación, se dedicó a estudiar el grafeno, el material que en 2010 ganó el Premio Nobel gracias al trabajo de Andre Geim y Konstantin Novoselov. Tras sus estudios de doctorado, Jarillo-Herrero pasó por la Universidad de Columbia en Nueva York, y en 2008, llegó al MIT, donde desarrollaría la investigación que lo catapultó a la fama.
Fue en 2018 cuando, junto a su equipo, logró revolucionar la física con su descubrimiento del «ángulo mágico» del grafeno, una estructura extremadamente precisa que transforma al grafeno en un material superconductor. El grafeno es notablemente fuerte, ligero y conductor, pero hasta ese momento, los científicos no habían logrado manipularlo de manera que mostrara propiedades de superconductividad.
El hallazgo de Jarillo-Herrero consistió en colocar dos capas de grafeno una encima de la otra, rotándolas con un ángulo exacto de 1,1 grados. Este ángulo, que se denominó «ángulo mágico», permitió que el material adquiriera propiedades superconductoras, un fenómeno que ocurre cuando la electricidad fluye a través de un material sin resistencia, lo cual es clave para la eficiencia energética futura.
Este descubrimiento abrió un campo completamente nuevo en la física de materiales, dando pie a un amplio abanico de investigaciones en torno al grafeno y otros materiales bidimensionales similares. Además de ser una auténtica sorpresa para la comunidad científica, el hallazgo tiene aplicaciones potenciales en áreas tan diversas como la computación cuántica, las energías renovables y la fabricación de dispositivos electrónicos más eficientes. El hallazgo también ha reavivado el interés por las aplicaciones prácticas de los materiales superconductores.
La relevancia de este avance ha sido tan significativa que, en 2020, Jarillo-Herrero fue galardonado con el Premio Wolf de Física, considerado uno de los máximos reconocimientos en el campo de la ciencia y un precursor del Premio Nobel. Su contribución al estudio de la superconductividad de alta temperatura también fue uno de los puntos clave que lo incluyó en las listas de candidatos a los Premios Nobel de Física en años posteriores, siendo finalmente reconocido por Clarivate Analytics como uno de los principales postulantes al galardón en 2024.
Además de su impacto en la ciencia, la carrera de Jarillo-Herrero ha estado marcada por otros logros importantes. En 2012, el expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, le otorgó el Premio Presidencial a Jóvenes Investigadores Científicos, una distinción que venía con una financiación significativa para continuar sus investigaciones. Jarillo-Herrero ha sido también reconocido con el Premio Buckley, otorgado por la American Physical Society, y por su trabajo en el campo de la física de la materia condensada.
Sin embargo, pese a la importancia de estos galardones, el propio científico ha declarado que el Premio Nobel no le quita el sueño, aunque el hecho de que haya sido incluido en las predicciones de Clarivate Analytics como uno de los principales candidatos al Premio Nobel subraya la importancia y el impacto de su trabajo, que sigue siendo una fuente de inspiración para científicos de todo el mundo.