¿Y si tu pequeño Luken te dice que se siente Lucía?

Afortunadamente, en pro de conseguir igualdad y de fomentar la tolerancia, cada vez son más los casos de pequeños transexuales que salen a la luz. El último ha sido el caso de Luken, un menor que ya a los tres años se acercó a su madre para preguntarle si aunque tuviera pene podía ser una niña y que hablaba de su persona en género femenino. De ahí que hoy se haya convertido en Lucía.

Un caso que ha removido las ideas de muchos progenitores, que no han dudado en pensar qué harían si sus hijos un día les sorprenden con esa cuestión, si ven que se comportan como pequeños del género sexual contrario. Está claro que hasta no encontrarse en esa tesitura no se sabe a ciencia cierta, cómo se reaccionaría. Pero puede servir de gran ejemplo la actitud de los papás de Luken.

El origen

El inicio de esta historia está al poco de tiempo de nacer Luken, pues nada más empezar a desarrollar sus habilidades y sentidos su interés se centró en todos los juguetes que, de manera tradicional, se han identificado con niñas tales como muñecas y le encantaban los disfraces de personajes femeninos. Sus padres lo veían con absoluta normalidad, pues afortunadamente cada vez más se está optando por rechazar el sexismo.

Sin embargo, se despertaron las sospechas de los progenitores de que algo pasaba cuando su hijo empezó a hablar y a utilizar palabras en femenino para referirse a sí mismo y para indicar que era una niña.

¿Qué hacer?

A los tres años de edad, Luken sorprendió a su madre con la pregunta de si era posible ser una niña teniendo pene y a la misma la adulto contestó que sí. Y es que, junto a su esposo y tras las manifestaciones que venía haciendo el pequeño, habían contactado con la Asociación Chrysallis, que está especializada en menores transexuales y esta le había dado pautas sobre cómo actuar y qué decir en esas situaciones.

Una respuesta la que le dio su mamá, que le llenó de felicidad y que sirvió para que sus progenitores tuvieran claro que no estaban equivocándose en cuanto a respaldar la actitud y la creencia de su pequeño de que en realidad era una niña.

Un gran paso: Lucía

El tesón y el respaldo constante de estos adultos ha llevado a que a Luken se le haya concedido un cambio en su D.N.I. Así, ahora ya no se llama oficialmente Luken sino Lucía, un nombre que le gustaba y que eligió con la ayuda del resto de sus hermanos, que le tratan como una niña y que no han tenido ningún problema en aceptarla como tal.

Todas las personas de su entorno están encantadas con este paso que se le ha permitido dar a la pequeña, que, sin embargo, aún tiene un camino por delante a la hora de que sea reconocida su sexualidad. Y es que, a pesar de que en dicho carnet tiene nombre femenino, en el sexo sigue apareciendo que es un varón. ¿Por qué? Porque la legislación actual determina que eso sólo se puede modificar cuando ya se tiene la mayoría de edad.

No obstante, existen organismos y figuras de relevancia social que están intentando conseguir que ese matiz cambie en pro de evitar situaciones conflictivas y dolorosas para los menores transexuales.

Datos de interés

El caso de Lucía ha vuelto a poner sobre la mesa la transexualidad en menores, sobre la que aún existen muchos mitos y tabúes. Por eso, los padres lo que deben hacer es informarse convenientemente para poder hacerle frente a esta situación si se les plantea en el seno de su familia:

• Se considera que los niños a los 2 años ya pueden saber su género y a los 6 años tienen perfectamente claro cuál es su identidad sexual.

• El hecho de que a los menores no se les otorgue la posibilidad de ser identificados con el género al que sienten que pertenecen y todo lo que eso trae consigo puede hacer que tengan que soportar una infancia muy dolorosa. Y es que no sólo se sentirán rechazados sino que además pueden sufrir desde angustia hasta estrés e incluso depresión.

• Es hora de que la sociedad tenga claro y asumido que la transexualidad no es ninguna enfermedad.

• Entre los síntomas que pueden dejar patente que un menor es transexual se encuentran los siguientes: manifiesta continuamente que pertenece al otro género, quiere vestir cómo realmente se siente, le gustan los juegos que habitualmente se identifican con el género que afirma tener, deja claro que está en contra de la ropa que se le obliga llevar o del nombre que se le ha otorgado al nacer.

• Ante una situación de ese tipo, los padres deben afrontarla con absoluta naturalidad, pensar en todo momento en el bienestar de su hijo y solicitar la ayuda especializada necesaria.