Salud

Muere una bebé prematura y otra sufre secuelas tras una confusión de medicamentos en un hospital de San Sebastián

Una bebé prematura ha fallecido y otra sufre graves secuelas tras suministrarles un anestésico en vez de un suero alimenticio en un hospital de San Sebastián.

bebé prematura
La muerte de una bebé tras un error farmacológico

Una bebé prematura falleció el pasado mes de enero y otra ha sufrido secuelas debido a una confusión en un medicamento suministrado en la Unidad de Neonatos del hospital Donostia de San Sebastián, lo que ha llevado a que el Defensor del Paciente haya solicitado a la fiscal superior del País Vasco, María del Carmen Adán, que inicie una investigación de oficio que permita conocer las causas de dicha negligencia.

La muerte de una bebé prematura tras una confusión de medicamentos en un hospital de San Sebastián

Según se relata en el informe que ha sido entregado a las familias por el Osakidetza, el Servicio Vasco de Salud, en lugar de suministrar a las bebés el suero alimenticio habitual, Smoflipid, se les suministró el potente fármaco anestésico Propofol.

Tras ser detectado el «error farmacológico» cometido, la Unidad de Neonatos del hospital Donostia de San Sebastián interrumpió el suministro equivocado y se notificó a las familias de las dos prematuras extremas. Una de los bebés (que había pesado 600 gramos al nacer) murió a los tres días de detectarse el fallo y, todavía después de transcurrir 72 horas, se le detectó una elevada cantidad de Propofol según los resultados de las analíticas de sangre que se le realizaron el día de su muerte. La otra, que al nacer pesaba 800 gramos, ha logrado sobrevivir pero debido a su corta edad, todavía se desconocen las secuelas que pueden derivarse a raíz de lo sucedido aunque debido a este «error», necesita actualmente una sonda permanente con oxígeno.

Tras ser entregado el informe de lo sucedido a las familias, el abogado de estas  bilbaíno Carlos Gómez Menchaca, presentó una reclamación en la que habla de «error injustificable» y reclama una serie de indemnizaciones ya que a pesar de que las cajas de ambos medicamentos se parecen, el Propofol, como cualquier anestésico, «tiene un circuito especial para su dispensación y debe ser autorizado por un anestesista» y es además un fármaco que no debería estar en una unidad de neonatos.

Según se informa en El Correo, los familiares de las bebés prematuras reclaman indemnizaciones según el baremo de los accidentes de tráfico, que oscila entre los 150.000 euros para cada uno de los padres de la niña fallecida, 60.000 euros para la madre de la bebé que ha sobrevivido con secuelas y 400.000 euros para la propia pequeña.

Por su parte, la presidenta del Defensor del Paciente, Carmen Flores, ha calificado hoy lunes de «barbaridad» los sucedido y ha pedido a la Fiscalía vasca que investigue para conocer las circunstancias y si ha habido más bebés afectados.

«Desconocemos si la prescripción medica estaba equivocada o ha sido la enfermería la que ha cometido el error», indica Flores según informa la agencia EFE, quien además ha definido también como «imperdonable» el «error» que ha causado la muerte de una de las bebés y «secuelas graves» a otra».

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