Un juez permite que un padre se desentienda de su hijo autista

Un juez permite que un padre se desentienda de su hijo autista
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Siempre hay que confiar en la justicia a la hora de poder solucionar graves conflictos y problemas. Sin embargo, de manera irremediable, hay ocasiones en las que dejamos de creer en la misma. Y lo hacemos porque nos topamos con sentencias que nos parecen fuera de toda lógica, imposibles de creer e incluso carentes de humanidad. Y precisamente eso es lo que nos ha sucedido ahora al conocer que un juez acaba de permitir que un padre se desentienda por completo de su hijo, que sufre autismo.

¿Dónde ha sucedido?

En Madrid es donde se ha producido este hecho que a nadie deja indiferente. Más concretamente ha ocurrido en el barrio de Usera, que es donde se encuentra la vivienda de ese niño, que reside con su madre.

Los protagonistas

Además del juez que ha realizado la sentencia, los protagonistas de esta historia son básicamente tres:

  • Martín, que es el niño de 6 años que es autista.

  • Sofía, que es la madre del menor y que se encarga de cuidar de ese y de su otro hijo, Lucas de 12 años, que también tiene un 36% de minusvalía y que es fruto de una relación anterior.

  • El padre del pequeño que, tras separarse de la mujer, ha hecho todo lo posible para que un juez le autorice a desentenderse lo máximo posible de su hijo.

La sentencia

Estos días es cuando se ha dado a conocer, a través de diversos medios de comunicación, que el padre ha encontrado en la vía judicial lo que venía esperando desde hace un año: desentenderse de su hijo autista. Y lo ha logrado, pues un juez de familia ha establecido una sentencia en la que, entre otras cosas, se establece que no se le pueden imponer al progenitor estancias que no pida.

Eso supone que en el citado documento se recoja no sólo que el menor no pase ninguna noche en la casa del hombre sino también que no estará ningún día de vacaciones con el mismo, ya sea verano, Semana Santa o Navidad. Dos matizaciones importantes a las que se une que el adulto sólo verá a su hijo dos fines de semana al mes y en horario de 11 a 20 horas nada más.

El origen de todo

Cuando Martín tenía dos años de edad fue cuando todo cambió en el seno de la familia y es que dejó de hablar de manera repentina y parecía que no oía. Una situación que hacía pensar que podía sufrir un problema de sordera, por lo que pasó por quirófano para ser intervenido. Sin embargo, la situación no cambió en absoluto y fue tiempo después cuando se le diagnosticó que lo que en realidad padecía era autismo.

Su padre nunca aceptó la enfermedad y eso empezó a provocar que el clima en el seno del hogar se complicara seriamente, más aún cuando se quedó en paro y fue el que tuvo que quedarse en casa cuidando de los niños, lo que le desbordó por completo. Eso, como reconoce Sofía, provocó que comenzara el principio del fin de la pareja, que acabó separándose.

Tras la ruptura, los adultos llegaron a un acuerdo económico en materia de manutención y de visitas. Sin embargo, el padre pronto empezó a desentenderse de su hijo, retrasaba el ir a buscarlo, lo entregaba antes de lo previsto, ponía excusas para no acudir con el pequeño y la madre al médico…Situaciones todas esas que fueron las que llevaron a que la mujer tomara la decisión de llevarlo ante los tribunales, pero está claro que la justicia en este caso no le ha dado la razón, todo lo contrario.

¿Y ahora?

Tras la mencionada sentencia, Sofía se siente realmente hundida. Y es que su situación es realmente dramática y no tiene ayuda:

  • Está en paro desde el 2015 y subsiste con sus dos hijos en un piso de alquiler por el que paga 550 euros, cuando el dinero mensual que reciben, por distintas ayudas y las minusvalías, es de 660 euros. De ahí que tenga que recibir el respaldo de Cáritas y Cruz Roja.

  • Su hijo con autismo requiere una atención de 24 horas y presenta serios problemas, entre otros, su rechazo al desplazamiento, que genera todos los días un auténtico drama incluso para cruzar la calle y acceder al colegio que tiene enfrente de casa.

  • Su otro vástago también necesita mucha atención, no sólo por su minusvalía sino también porque arrastra cierta depresión desde que su padre muriera.

Situaciones todas estas que provocan que la madre se sienta absolutamente desbordada, sola en la atención a unos niños que reclaman cada uno por su cuenta atención permanente, pero Sofía no puede hacer más. Y a todo eso se une que un juez le haya concedido a su ex pareja que se desentienda de su hijo autista. ¿En qué cabeza cabe?

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