Dislexia y niños: Tres pistas para poder detectarla
Tener déficit de visión, poca habilidad fonética o no sabe encontrar la palabra adecuada para expresarse son pistas que podrían hacer pensar que nuestro hijo tiene dislexia.
No todos los niños que tienen dificultad para hablar o leer sufren de dislexia. Por ello, se requiere de una evaluación médica que diagnostique si realmente nuestro hijo tiene este trastorno de aprendizaje, pero como padres podemos observar el comportamiento de nuestro hijo o hija para intentar averiguar si realmente sufre de dislexia. Veamos las pistas que pueden ayudar a reconocer el trastorno.
Dislexia y niños: Tres pistas para poder detectarla
La dislexia es un trastorno específico de la lectura que se caracteriza por la dificultad para realizar una lectura precisa y fluida en cuanto a rapidez y corrección. Esta dificultad puede repercutir en la comprensión del texto escrito, de modo que suele ocurrir que los padres no se dan cuenta de su hijo o hija tiene este trastorno hasta que comienza su etapa escolar.
Sin embargo y aunque de alguna manera se presente «tarde», este es un trastorno congénito y en la mayoría de los casos tiene un componente genético y hereditario que proviene de la familia.
Pero como decimos hasta el comienzo de la escuela primaria también es difícil darse cuenta de que el niño o niña tiene una dificultad para entender lo que está leyendo. No es hasta que comienza el aprendizaje real que pasa por la lectura y la escritura, cuando la dislexia puede explotar con mayor claridad. Por lo general, surge en el segundo o, a más tardar, en el tercer curso de primaria, aunque es posible que ya aparezcan algunas pistas en la etapa preescolar. Solo hay que tener cuidado y fijarse por ejemplo, si los niños tienen un vocabulario limitado, pronuncian palabras a su manera o tienen problemas de aprendizaje.
Pero no pensemos que nuestro hijo o hija tiene dislexia porque al comienzo de su etapa escolar muestre alguna que otra dificultad. Muchos de ellos logran superar sus dificultades con el tiempo, incluso en un tiempo relativamente corto. Por lo tanto, generalmente es mejor esperar al menos de 12 a 18 meses antes de llegar a un diagnóstico definitivo.
Las pistas clave
Además, es importante que siempre consultemos con un médico, que será quien aborde la problemática de la manera apropiada y quien realice un diagnóstico seguro, pero a la espera de esa opinión médica, ¿cuáles son las señales que se deben captar para plantear la hipótesis de la presencia de dislexia en el niño o niña? Como padres, podemos observar cómo se comporta nuestro hijo o hija frente a las letras y la escritura. Si después de varios meses de escuela les cuesta reconocer las letras y no pronunciarlas correctamente, si no distinguen los distintos sonidos de las palabras, si no entienden cuáles son similares y cuáles diferentes quizás estemos ante un problema, pero además, fijémonos en estas tres pistas que podrían ser definitivas:
- La primera sería un déficit de visión , con poca capacidad para extrapolar información esencial en comparación con la que no tiene peso. Las dificultades para adquirir habilidades lectoras, que quizás sea la principal manifestación de la dislexia, pueden deberse a un déficit en la atención visual de los niños, incluso en edad preescolar.
- Por otro lado estarían las habilidades fonológicas , entendidas como capacidad o incapacidad para reconocer sonidos similares y compartir los sonidos de las palabras en sílabas que serían otro indicador.
- Finalmente, a los niños disléxicos les resulta difícil encontrar rápidamente la palabra correcta para usar en el momento adecuado.
Con estas tres señales podríamos tener la sospecha de que nuestro hijo o hija sufre dislexia, pero como ya hemos dicho, no es hasta la evaluación médica que se puede saber con seguridad que el pequeño/a sufre este trastorno que a día de hoy aunque no tiene cura, puede ser tratado con los métodos de aprendizaje adaptados y adecuados, a las capacidades del niño.
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