Poesía

8 poesías infantiles para niños

Conoce las más interesantes poesías infantiles de grandes autores de todos los tiempos que harán disfrutar a los más pequeños de la casa

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Descubre algunas de las mejores poesías infantiles para niños

Los cuentos de hadas y los libros infantiles juegan un papel muy importante en el crecimiento y desarrollo de ciertas habilidades intelectuales del niño, pero también lo hacen las rimas infantiles y las poesías como estas que a continuación os vamos a ofrecer. Conozcamos ahora 8 poesías infantiles para niños.

8 poesías infantiles para niños

Las poesías infantiles, que podemos encontrar de los autores más variados, son imprescindibles para los niños pero no solo cuando ya saben leer o han nacido, sino incluso cuando todavía están en el vientre pueden estar llenas de beneficios. Gracias a la facilidad de memorización así como al ritmo y las rimas, las poesías infantiles pasan de generación en generación, pero sirven además para que el niño se relaje mientras las escucha o para que las aprenda una vez comienza a saber leer y con mejore no solo su memoria sino también su capacidad de concentración.

Conozcamos entonces ahora 15 de las mejores poesías infantiles para niños, algunas de ellas de autores tan celebres como Lope de Vega o Federico García Lorca.

Doña Pito Piturra, Gloria Fuertes

“Doña Pito Piturra tiene unos guantes;
Doña Pito Piturra, muy elegantes.

Doña Pito Piturra tiene un sombrero;
Doña Pito Piturra con un plumero.

Doña Pito Piturra tiene un zapato;
Doña Pito Piturra, le vino ancho.

Doña Pito Piturra tiene unos guantes;
Doña Pito Piturra, le están muy grandes.

Doña Pito Piturra tiene unos guantes;
Doña Pito Piturra, lo he dicho antes”.

La niña astuta Lope de Vega

“Un lobito muy zorro junto a un cortijo
se ha encontrado a una niña
y así le dijo:

-Mira mi niña, vente conmigo a mi viña
y te daré uvas y castañas.

Y respondió la niña:
-No, que me engañas”.

Agua, ¿dónde vas?, Federico García Lorca

«Agua, ¿dónde vas?
Riendo voy por el río
a las orillas del mar.

Mar, ¿adónde vas?
Río arriba voy buscando
fuente donde descansar.

Chopo, y tú ¿qué harás?
No quiero decirte nada.
Yo…, ¡temblar!

¿Qué deseo, qué no deseo,
por el río y por la mar?
Cuatro pájaros sin rumbo
en el alto chopo están.»

Nana de la tortuga, Rafael Alberti

«Verde, lenta, la tortuga.
¡Ya se comió el perejil,
la hojita de la lechuga!

¡Al agua, que el baño está
rebosando!¡Al agua, pato!

Y sí que nos gusta a mí
y al niño ver la tortuga
tontita y sola nadando.»

La vaca estudiosa, María Elena Walsh

«Había una vez una vaca
en la Quebrada de Humahuaca.
Como era muy vieja, muy vieja,
estaba sorda de una oreja.

Y a pesar de que ya era abuela
un día quiso ir a la escuela.
Se puso unos zapatos rojos,
guantes de tul y un par de anteojos.

La vio la maestra asustada
y dijo: – Estas equivocada.
Y la vaca le respondió:
¿Por qué no puedo estudiar yo?

La vaca, vestida de blanco,
se acomodó en el primer banco.
Los chicos tirábamos tiza
y nos moríamos de risa.

La gente se fue muy curiosa
a ver a la vaca estudiosa.
La gente llegaba en camiones,
en bicicletas y en aviones.

Y como el bochinche aumentaba
en la escuela nadie estudiaba.
La vaca, de pie en un rincón,
rumiaba sola la lección.

Un día toditos los chicos
se convirtieron en borricos.
Y en ese lugar de Humahuacala
única sabia fue la vaca.»

Canción de cuna del elefante, Adriano del Valle

«El elefante lloraba
porque no quería dormir…
Duerme elefantito mío,
que la luna te va a oír…

Papá elefante está cerca,
se oye en el Manglar su mugir;
Duerme elefantito mío,
que la luna te va a oír…

El elefante lloraba
y alzaba su trompa al viento…
parecía que en la luna
se limpiaba la nariz».

Pegasos, lindos pegasos, Antonio Machado

«Pegasos, lindos pegasos,
caballitos de madera.

Yo conocí siendo niño,
la alegría de dar vueltas
sobre un corcel colorado,
en una noche de fiesta.

En el aire polvoriento
chispeaban las candelas,
y la noche azul ardía
toda sembrada de estrellas.

¡Alegrías infantiles
que cuestan una moneda
de cobre, lindos pegasos,
caballitos de madera!.»

El congreso de Ratones, Lope de Vega

Juntáronse los ratones
para librarse del gato;
y después de largo rato
de disputas y opiniones,
dijeron que acertarían
en ponerle un cascabel,
que andando el gato con él,
librarse mejor podrían.

Salió un ratón barbicano,
colilargo, hociquirromo
y encrespando el grueso lomo,
dijo al senado romano,
después de hablar culto un rato:

¿Quién de todos ha de ser
el que se atreva a poner
ese cascabel al gato?.»

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