EL CUADERNO DE PEDRO PAN

Salzburgo observa en directo a sus pupilos en el Festival Bellver

El viernes 14 de junio tuvo lugar la primera de las galas líricas y en este caso en colaboración con el Festival de Salzburgo

Seis voces jóvenes competían en un seguido de arias, duetos y tríos con especial detenimiento en Mozart y Donizetti

festival bellver
Los protagonistas de la gala lírica que inauguró el Festival Bellver.

El viernes 14 de junio daba comienzo el Festival Bellver, que últimamente, llegado Pablo Mielgo a la dirección titular de la Sinfónica de  Baleares, pasó a llamarse Estius Simfònics. Parece ser que ha regresado la cordura y el tirón del Castillo de Bellver vuelve a primera línea quedando en el subtítulo lo de Estius Simfònics. Una de las acentuadas querencias de Mielgo, así lo parece al menos, son las galas líricas, sean de carácter grupal o dedicadas a un determinado nombre propio. Y esto es precisamente lo que va a pasar en el ciclo que comenzaba días atrás y que se prolongará hasta el 7 de agosto.

Hablar del Festival Bellver es hacerlo del final de temporada de la OSIB y además el comienzo de las grandes citas estivales con la música clásica. En esta ocasión, el Festival Bellver, o si lo prefieren Estius Simfònics, ofrecerá un total de siete citas, tres de las cuales estarán dedicadas a galas líricas, dos de carácter grupal y la tercera centrada en el protagonismo exclusivo de la soprano moldava Valentina Nafornita, que nadie debería perderse. ¡Qué maravillosa voz descubrimos en Pollença Fest el mes de agosto de 2020!

El viernes 14 de junio, cómo no, tenía lugar la primera de las galas líricas y en este caso en colaboración con el Festival de Salzburgo, que además no es la primera vez. Se trataba de acercarnos algunas caras jóvenes vinculadas a no sé exactamente si ¿el concurso mundial de canto lírico Salzburg Voice Festival o más en concreto la Hans Gabor Belvedere Competition? Vaya usted a saber y perdonen mi ignorancia. Pero también es cierto que en la primera fila del público se encontraba Kristina Hammer, quien desde el 1 de enero de 2022 preside el Festival de Salzburgo, que sí es muy relevante. 

Esta germano-suiza es una reputada experta en consultoría para estrategias de comunicación y posición en el mercado, lo que tiene especial sentido si tenemos en cuenta el daño causado por la pandemia en los dominios de las artes escénicas, incluyendo compañías, teatros y festivales. De hecho, en el 2021 –Hammer todavía no era presidenta- el Festival Bellver necesitó ir a buscar un escenario provisional en el patio de La Misericordia debido a las severas normas de aforo, que exigían la distancia de dos metros entre cada asiento, de manera que resultaba imposible acudir al patio de armas. Una de las noches de aquella edición de excepción contó con las voces jóvenes del Festival de Salzburgo y no sabría decir si era o no la primera vez.

La presencia en Bellver de Kristina Hammer puedo imaginar que era forma de calibrar en vivo y en directo la colaboración de Salzburgo con la OSIB y especialmente teniendo en cuenta que su vecino de asiento era uno de los herederos de la firma, Kühne Stiftung, patrocinador directo del Festival y además benefactor de las galas líricas de la Sinfónica de Baleares. Vale la pena recordar, llegados a este punto, que Kristina Hummer es miembro de la Asociación de la Ópera de Zurich. Vamos, que el canto lírico le pone.

Entrando en la gala lírica del 14 de junio, seis voces jóvenes competían sin riesgo de ganar o perder en un seguido de arias, duetos y tríos con especial detenimiento en Mozart y Donizetti. Sin lugar a dudas, quien conquistó al público fue el bajo-barítono entre escocés e irlandés Liam James Karai y por cierto, finalista en la Hans Gabor Belvedere Competition. Lo cierto es que su vínculo principal es con el Festival de Hamburgo (será protagonista ese festival en la gala lírica de clausura), si bien aquí venía como pupilo del Festival de Salzburgo. En realidad las seis voces intervinientes brillaron.

Excelente el barítono italiano Matteo Guerzè, apareciendo de la nada y en inspirada vis cómica  en el dueto de Las bodas de Fígaro, compartido con la soprano armenia Lilit Davtyan, quien además alumbraría una luminosa recreación del aria de Puccini, O mio babbino caro, escuchada no hace tanto –el año pasado- en la Temporada de Ópera del Teatro Principal. Ella, además, recreó en compañía del tenor oriental Seungwoo Simon Yang. El dueto de Romeo et Juliette de Gounod, que enamoró al público de Palma no hace tanto. El sexteto lo compartían dos apellidos peninsulares, si bien la mezzosoprano Anita Montserrat en realidad es british o en el peor de los casos así se presenta, mientras que la soprano valenciana Aitana Sanz nos exhibió sus cualidades –una voz deliciosa, brillante y convincente- aunque su frágil físico no la acompañaba y mira que irradiaba su belleza.

Resumiendo, el Festival de Salzburgo observó a sus pupilos en su manera de abordar los retos gratificantes que planteaba el Festival Bellver o si lo prefieren, Estius Simfònics. Un buen inicio de ciclo, en todo caso.

Cambiando de tema, ¿sabían que estudiantes de Musicología en Granada, Marta García Quiñones y Franco Fabri, hicieron su tesis doctoral sobre la influencia de Los Javaloyas en las bandas de música? A que resulta raro, ¿verdad? Pues como encuentre la imprescindible documentación, de ello les hablaré la próxima semana, ¡Qué friki soy! ¿Suena raro, verdad?

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