Multan por obras ilegales al magnate de Ciudadela, el especulador francés Morel-Ruymen
El Consell de Menorca impone una sanción de 132.000 euros por una excavación y el derribo de unas casas en Son Sintes
Morel-Ruymen, el especulador francés que se ha convertido en el polémico magnate de Menorca
El Consorcio para la Protección de la Legalidad Urbanística en Suelo Rústico de Menorca ha propuesto una nueva sanción al magnate de Ciudadela Laurent Morel-Ruymen por obras ilegales en la finca Son Sintes, y más concretamente por el derribo de una antigua casa de campo y una excavación cuando sólo tenía licencia para la reforma y rehabilitación de una vivienda aislada.
Morel-Ruymen es el especulador francés que en los últimos años se ha convertido en el gran promotor turístico e inmobiliario de la segunda ciudad de Menorca. Con sus inversiones millonarias ha rozado siempre los límites de la legalidad y con frecuencia los ha traspasado y ha tenido que pagar fuertes sanciones impuestas por el Consell Insular a través del Consorcio para la Protección de la Legalidad Urbanística del Suelo Rústico, ha sido denunciado por el Ayuntamiento y ha tenido serios problemas con Hacienda.
Ahora le cae una nueva sanción por la demolición de las antiguas casas del lloc de Son Sintes, una construcción sujeta a protección que no se podía derribar. En todo caso se podían hacer obras de rehabilitación.
Aparte del derribo de las casas, sólo ha quedado un muro en pie, se ha realizado una excavación de 675 metros cúbicos «supuestamente» para crear un sótano. Según ha informado el diario Menorca, el Consorcio para la Protección de la Legalidad Urbanística en Suelo Rústico de Menorca propone una orden de restitución y una sanción de 33.000 euros por cada una de las cuatro partes implicadas, la propiedad, el constructor y la dirección de obras, que comparten dos arquitectos. Es en total una multa de 132.000 euros.
Como ya informó OKDIARIO el pasado 22 de enero, Morel-Ruymen descubrió Menorca hace algo más de una década. Se enamoró de la isla y en especial de Ciudadela, la ciudad que ha convertido en el centro de sus operaciones inmobiliarias y especulativas canalizando inversiones millonarias de capital francés. Ha tenido la habilidad de fascinar a políticos , instituciones e incluso a organizaciones ecologistas al tiempo que ha generado el rechazo de los residentes por algunas de sus actuaciones.
Morel-Ruymen se dio a conocer con la creación de Can Faustino, una casa señorial del siglo XVII ubicada en el centro histórico de Ciudadela que reconvirtió en el primer establecimiento de lujo de la cadena Relais&Chateaux de Menorca. Se trata de un un cinco estrellas con 21 habitaciones.
Posteriormente, en 2021, transformó el inmueble de Sa Catòlica, que pertenece a la Diócesis, en dos hoteles boutique situados junto a la Catedral: Cal Bisbe y Can Llorenç. Estos dos establecimientos de lujo vinculados a Can Faustino suman 18 habitaciones destinadas al turismo de alta calidad.
Sa Catòlica, rebautizado comercialmente como Cal Bisbe, es un palacio del siglo XVIII que fue la residencia del obispo de Menorca. La propiedad del casal ahora reconvertido en hotel sigue siendo la Diócesis de Menorca que, mantiene un contrato de alquiler con el empresario francés. Cal Bisbe está unido a Can Llorenç y ambos establecimiento están gestionados por Can Faustino.
Can Faustino, Sa Catòlica y Can Llorenç son de la empresa Mare&Terra fundada por Morel-Ruymen. De hecho, el promotor francés ha creado todo un entramado de empresas para realizar sus inversiones en Menorca. Son empresas creadas específicamente para proyectos concretos como la compra de edificios históricos y llocs (fincas rústicas). Llama la atención que son siempre empresas de escaso capital social y en las que Morel-Ruymen es por lo general el único accionista y administrador. Estas sociedades canalizan grandes inversiones de capital francés.
Tras conocer la nueva sanción por obras ilegales en Son Sintes, Morel-Ruymen ha anunciado que pagará la sanción «porque al parecer se hizo una excavación que no se podía hacer». En declaraciones al diario Menorca, el empresario reconoce que «ha habido un mal asesoramiento y si se ha hecho mal, la ley debe ser igual para todos». Sin embargo, Morel-Ruymen defiende que el derribo de las casas «estaba previsto en la licencia de obra».
A pesar del reconocimiento de culpa por parte del empresario francés, uno de los arquitectos implicados ha interpuesto un contencioso contra la sanción.