El juez no ve provocación en las sociatas de la Mesa
Es de sobras conocido que parte de la judicatura en Baleares está escorada a la izquierda y, además, encantada de que así sea. Ni venda en los ojos, ni leches. Son así. Los antecedentes se remontan al Pleno del Parlament del 18 de junio de 2024, cuando debía tomarse en consideración una proposición de Vox para derogar la Ley autonómica de Memoria Democrática. Sabido es que para la izquierda balear toda ella, Aurora Picornell, que era pareja de un repugnante asesino del Frente Popular, hoy es la santa mártir intocable.
De tal manera así es que durante el pleno de la Cámara las dos sociatas de la Mesa, Pilar Costa y Mercedes Garrido, blandieron fotos de la susodicha, en un incorrecto ejercicio de sectarismo, cuando la neutralidad de la Mesa es un sagrado principio, aunque no conste por escrito. La inexperiencia del presidente Gabriel Le Senne le llevó a forcejear con esa barriobajera que responde por Mercedes Garrido y en el tira y afloja se rompió la foto de la santa mártir de El Molinar y se montó la gorda. ¡Sacrilegio, sacrilegio!
Una vez expulsadas de la sala de plenos, las dos mojigatas del PSIB-PSOE no es que se quedasen compungidas, no. Lo único que les preocupaba entre risas de satisfacción era si se había grabado todo adecuadamente.
Nótese, porque es significativo recordarlo, que ambas, Costa y Garrido, en su día fueron conselleras de Presidencia del Govern, con Armengol, de tal manera que cabe suponer que eran conscientes de su talla institucional y pese a ello, menospreciando su papel en la Mesa del Parlamernt. Yuppi!
Y en esas, el juez turnado no aprecia provocación en la actitud de ambas.
Las imágenes fueron difundidas ampliamente, imagino que con intención de poner en evidencia al presidente del Parlament, que además es de Vox. El problema es que una imagen vale más que mil palabras y aquéllas, lo que ponían en evidencia, es que se había producido un forcejeo, es decir, una disputa o una brega a consecuencias de lo cual se rasgó la foto, que no dejaba de ser una simple fotocopia de papel, adherida a la tapa de un PC, iniciales que relatan (P)ersonal (C)omputer, o sea un simple ordenador.
Gabriel Le Senne se limitó a recriminar la actitud de las sociatas de la Mesa de la peor forma posible (forcejeando), cuando le habría bastado con pedir a los ujieres de la sala que hicieran lo propio: invitarlas a salir, sin más. De ahí su bisoñez. Lo que parece haber bastado para señalar el presunto delito de odio, si te toca de oficio un juez progre, digamos que de pura cepa o sea de pedigrí. Porque las imágenes, lo que dejan claro, es que fue un accidente como consecuencia del forcejeo, romperse la fotocopia de la santa mártir.
Vaya por delante que me resisto a creer que haya santas mártires gauches.
Tal es así que el fiscal de la causa, aplicando sentido común, una vez vistas las imágenes –que son incontestables- sugirió archivar el caso. Pero parece no haberlo entendido así el magistrado progre, porque él sí ve un presunto delito de odio, no vaya a ser que le llamen facha la Asociación Memoria de Mallorca o el colectivo Estimada Aurora. A la santa mártir hay que venerarla por decreto, lo que no deja de ser una decisión incluso puede que arbitraria.
El problema de Gabriel Le Senne es que milita en las filas de Vox y da lo mismo que sea el mejor jurista que ha ocupado la presidencia de la Cámara desde que recuperamos la democracia, lo cual es rigurosamente cierto. Sólo preocupa el susto que los progres tienen en el cuerpo porque es de Vox.
Un inciso. Recientemente, el PP de Marga Prohens, con su abstención, hizo posible ratificar la Ley autonómica de Memoria Democrática. Incluso en el transcurso de los hechos narrados, sus colaboradores se rasgaron asimismo las vestiduras, cual progre travestido en osito de peluche. Entre este PP, sin arrestos, y una judicatura que en cierta parte de ella muestra una sumisión a la ideología, antes que a los ojos vendados de la Justicia, aviados vamos.
También podría ser que el magistrado aplique en rigor, los preceptos de la Ley autonómica de Memoria Democrática. Porque precisamente su papel es ése: hacer valer la Ley. En cuyo caso, el papelón del PP es abrumador al haber permitido que siga adelante la sectaria ley guerracivilista. Lástima que Vox no deje aflorar a sus líderes más cualificados, pongamos por caso Fulgencio Coll. Entonces, en Mallorca, otro gallo cantaría en las encuestas.
Ojo, Marga Prohens, no vaya a ser que la gauche te coma la tostada debido a tus inseguridades. Porque sin Vox, hoy por hoy, no eres nada. Y aquí, en Baleares, el pacto PP-Vox no genera ningún temor. No creemos a Sánchez.