Ibiza: leve multa de 360 euros para los okupas de Sant Antoni
La justicia ha condenado a los ocupantes de una vivienda de Ibiza por un delito leve de usurpación
"Hay una creciente sensación de impunidad que deja a muchos propietarios indefensos", asegura el hijo del propietario de la casa


Tímida condena contra varios okupas que vivieron de forma ilegal durante el pasado mes de marzo en una casa situada en el municipio de Sant Antoni, en Ibiza. La justicia ha condenado a los ocupantes por un delito leve de usurpación al pago de tan sólo 360 euros de multa, lo que equivale a una cuota diaria de cuatro euros durante tres meses.
Se trata de un grupo de okupas, alguno de ellos de origen magrebí, que fueron desalojados gracias a la mediación de la Guardia Civil y a la presión vecinal. De hecho, fueron muchos los vecinos que se concentraron de forma pacífica frente a las puertas del inmueble, ubicado en la calle Bisbe Cardona, para exigir a los ocupantes que se marcharan de la vivienda. Algunos de los vecinos aprovecharon un momento en el que la vivienda estaba vacía para entrar y echar a los okupas arrojando sus enseres por el balcón.
La sentencia condenatoria reconoce expresamente que los acusados accedieron sin título jurídico alguno al inmueble y lo okuparon de forma continuada, privando a su legítimo titular del uso y disfrute del mismo.
Sin embargo, el fallo judicial resalta que los hechos se produjeron sin la concurrencia de violencia ni intimidación, encajando de forma clara en el tipo penal descrito en el artículo 245.2 del Código Penal que sanciona a quien ocupe, sin autorización debida, un inmueble ajeno que no constituya morada o se mantenga en él contra la voluntad de su titular.
La sentencia también recoge que la actuación penal se pudo llevar a cabo mediante la rápida denuncia del propietario y a la intervención de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Tras el fallo judicial, el hijo de la propietaria ha expresado su alivio por la resolución del caso, lamentando la frecuencia con la que se producen estos casos en Ibiza. «Hay una creciente sensación de impunidad que deja a muchos propietarios indefensos», ha señalado.