PRIMERA LÍNEA

La cruel e infame paradoja del ‘muro’

La cruel e infame paradoja del ‘muro’

La huida cobarde del «puto amo» Pedro Sánchez ante la indignación y la  desesperación de los habitantes de Paiporta, dejando solos a los Reyes y al presidente Mazón a merced de la rabia de la turba, nos deja imágenes que merecen reflexión, sobre en manos de quiénes estamos. España es un país tan absurdamente benevolente, que no hay manera de dar caza legal a tanto incompetente bien entrenado para cometer fechorías oliendo a alta traición. 

Los dramáticos acontecimientos vividos en el Levante peninsular, cuando escribo con el total de víctimas mortales todavía por cerrar, nos obligan a recuperar las palabras del «puto amo» Pedro Sánchez dedicadas a levantar «un muro frente a la derecha» y con una conclusión clara: No se pacta con el PP de Feijóo, según las órdenes emanadas desde Ferraz sede del PSOE, tras las Elecciones el 28-M del año pasado. En tales circunstancias y vista la sistemática barbarie en el debate político, parece lícito preguntarse qué papel puede haber jugado este muro en la letal vacuidad del Gobierno de España a la hora de tomar decisiones desde el primer momento.

A pesar de la enormidad de la catástrofe, Pedro Sánchez se ha negado a la declaración del Estado de Emergencia. ¿Tal vez porque el PP privó el 28-M a la izquierda Frankenstein de poder mantener el gobierno valenciano? ¿Habría ocurrido lo mismo de reeditarse días después en las Baleares? Es la cruel e infame paradoja del muro de Sánchez: indiferencia ante el dolor de quienes son víctimas en territorios que no controla la izquierda radical. 

Un aviso previo de tanta incompetencia fue la nefasta gestión del Gobierno de España al declararse la pandemia del Covid 19, incapaz de enfrentarla en los momentos iniciales, hasta delegar en las comunidades autónomas en un claro ejemplo de lavarse las manos. Sin olvidar que ese período ya se investiga en sede judicial ante la sospecha de que fueron los momentos utilizados para el enriquecimiento ilícito de una trama próxima al PSOE y con Francina Armengol entre los políticos que están en el punto de mira. 

Ha vuelto a ocurrir. El Gobierno Frankenstein del «puto amo» ha negado la declaración del Estado de Emergencia porque le importa poco el destino de quienes no son de su cuerda. Deberíais reflexionar sobre el particular, mis queridos 151.786 votantes socialistas de Baleares. ¿Estáis de acuerdo en la manera de actuar del Gobierno que preside el «puto amo»? Ahondando más en la inmensa hipocresía de los medios apesebrados, en los graves sucesos ocurridos en Paiporta, TVE fue a centrarse en los incidentes con los Reyes, y omitiendo en todo momento que Sánchez huyó. Lo que a mí en particular me provoca una inmensa tristeza, como redactor que fui de RTVE. 

La gravedad de lo ocurrido en la sesión plenaria del Congreso en la mañana del miércoles 30 de octubre, el día después del estallido de la tragedia (dar por suspendido el control al Gobierno por respeto a las víctimas mortales y acto seguido, pleno extraordinario para asaltar el consejo de administración de la radiotelevisión pública con una mezquina Armengol en su salsa), lo que vuelve a poner sobre el tapete es el muro. No negaré que pudo haber negligencias en la gestión inicial de esta desoladora gota fría por parte de la Generalitat de  la Comunidad Valenciana. Pero lo que sí hubo inicialmente, fue la omisión de ayuda suficiente por parte del Gobierno de España.  Hasta que el rey Felipe VI puso a disposición la Guardia Real y miembros de los Cuerpos de Seguridad del Estado e incluso del Ejército, mostraron su total asombro porque no se les permitía acudir, aun estando fuera de servicio. Es inevitable sospechar que ese muro podría tener algo que ver. Y como un ejemplar contrapunto, la inmediata movilización de la sociedad civil.

Seguí con interés la rápida actuación de responsables de Protección Civil, aquí en Baleares, cuando la gota fría amenazó con hacer acto de presencia en nuestro territorio. Y llegó, claro que llegó, aunque salvados de la actitud inmisericorde de la naturaleza. Lo aprendido abruptamente en Valencia sí ayudó a que la ciudadanía, aquí, se pusiera a buen resguardo. El muro no hizo acto de presencia en Baleares. Bueno, sí, un poquito: Més sugirió que los pisos de alquiler turístico fueran utilizados para alojamiento, en el caso de producirse la emergencia. ¿A qué les suena? Simple politiqueo.

La Comunidad Valenciana no conocía una tragedia de tal magnitud desde lo sucedido en 1957 con el desbordamiento del río Turia y 300 muertos. El Gobierno de entonces, en plena dictadura de Franco, procedió a desarrollar una obra civil capaz de minimizar los efectos de una gota fría. En cambio, en plena democracia, nada se ha hecho por negligencia, tanto del PP como del PSOE, por aquello de no inmiscuirse en disputas territoriales.

Aquí en Mallorca tuvimos que padecer en 2018 los efectos de la gota fría en Sant Llorenç, con el resultado de trece muertes. Y desde entonces, sin la actuación en los torrentes causantes de la tragedia por imperativo ecolojeta. 

España es un gran país viendo la respuesta de la sociedad civil en Valencia. La misma que se vivió en Sant Llorenç seis años atrás, incluido un icono a escala planetaria, como Rafa Nadal, al pie del cañón como uno más armado de pala y rastrillo. Sin embargo, al ser homenajeado en aquella localidad por su gesto ejemplar, ningún representante del Pacte quiso asistir. El muro.

Por cierto, la decisión de la presidenta del Govern, Marga Prohens, y el alcalde de Palma, Jaime Martínez, de no asistir a la World Travel Market de Londres en señal de solidaridad con las víctimas de Valencia, se merece piropos, enormes, y honorables, por su sensibilidad: fuerza y honor. Y que la extrema izquierda balear se quede en el ostracismo, para siempre, si mis queridos votantes socialistas de Baleares así lo consideran, porque de ellos depende que las minorías perroflautas dejen de ser determinantes.

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