Los cruceros reafirman su compromiso medioambiental y Armengol sigue dispuesta a hundir el sector

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Cruceros en el puerto de Palma.

La Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA) ha hecho público el Informe anual sobre prácticas y Tecnologías ambientales elaborado por Oxford Economics. Un estudio que reafirma el compromiso medioambiental del sector con el turismo responsable y con la sostenibilidad. Su objetivo es que las emisiones de los buques sean neutras en carbono para 2050. Y es que las compañías llevan años trabajando para encontrar una alternativa a los combustibles fósiles. Aún así, el Govern de Francina Armengol sigue dispuesto a hundir el sector a través de la limitación.

CLIA ha señalado que a pesar de que las compañías invierten en nuevas tecnologías y combustibles limpios para alcanzar sus objetivos, se trata de una tarea compleja. Así, el informe de Oxford Economics aborda el reto que supone la necesidad de contar con combustibles nuevos y alternativos. Precisamente, tres cuartas partes de la flota actual están equipadas con sistemas que permiten el uso de otros combustibles como: biodiesel, metanol, amoniaco, hidrógeno y baterías eléctricas. Sin embargo, el estudio resalta que todavía ahora hay obstáculos de carácter tecnológico, logístico / distribución y regulatorios que deben superarse. Y es que por ahora, estos combustibles alternativos no pueden utilizarse de forma generalizada.

En este sentido, el presidente de CLIA en España, Alfredo Serrano, ha hecho hincapié en que las flotas de ahora no son las mismas que las de hace 20 años. «Se ha hecho un esfuerzo enorme. Llevamos años comprometidos con la sostenibilidad, no hemos empezado ahora En estos momentos unos dos tercios de la flota mundial incorporan sistemas de tratamiento de residuos similares o superiores a los de muchas ciudades europeas». En cuanto a la movilidad, ha recordado que no sólo deben cambiar los navíos, sino también «toda la infraestructura de los puertos y es un tarea ingente y costosa». «No hay que olvidar que dentro de la flota mundial, compuesta por 90.000 barcos, sólo 300 de estos son cruceros».

Aunque la cuestión de la sostenibilidad en el sector no se reduce únicamente al sistema de propulsión. Cuando Serrano dice que ha de cambiar la infraestructura de los puertos se refiere a que deben permitir que los cruceros paren motores y se conecten a la red eléctrica de la ciudad. En estos momentos, un 35% de la flota en servicio está capacitada y un 82% de los barcos en cartera estarán preparados. Sin embargo, sólo 14 puertos en todo el mundo ofrecen esta opción. Y en un futuro cercano, el de Palma se sumará a la lista, una vez terminada la reforma de la terminal número 4 de la Estación Marítima. Una obras que permitirán que los navíos también puedan abastecerse de hidrógeno.

Discurso institucional anticruceros

No obstante, el Govern sigue criminalizando a los cruceros. Con el argumento de que deben limitar la llegada de estos navíos a Baleares por la contaminación que producen, están culpabilizando a todo un sector. De esta forma, Armengol y sus socios obvian su responsabilidad como Administración que debe invertir en infraestructura. La reforma del puerto de Palma la acometerá la Autoridad Portuaria de Baleares (APB), que depende del Estado. A pesar de que los cruceros trabajan para buscar alternativas sostenibles, que reclaman mejores infraestructuras y que la Estación Marítima se actualizará, el Govern sigue pensando en limitaciones.

El conseller de Turismo, Iago Negueruela, ha defendido este martes que se debe restringir la llegada de cruceros a Baleares. Ha incidido en que es la postura del Ejecutivo balear y que la medida forma parte de los Acuerdos de Bellver. «Será efectivo durante 2022 y en los años sucesivos», ha recalcado. Aunque el conseller da el tema por zanjado, en el propio seno del Govern no se ponen de acuerdo. Unos dicen que sólo se permitan cuatro o cinco cruceros pequeños o medianos. Otros hablan de uno o como máximo dos. Y entre todos se critican y tachan de inadmisibles las propuestas del otro. Una lucha cainita en la que José Hila y su tripartito también se han metido.

Negueruela ha dicho que la voluntad es llegar a un acuerdo en esta materia y que «el diálogo es la mejor herramienta». Según él, «todos coinciden en que hay que poner límites porque es bueno para el sector y para el turista para evitar una sensación de masificación en algunos lugares». Una opinión que ni CLIA ni la plataforma ‘Sí a los cruceros’ ni los empresarios comparten. Al final, es un turismo que deja 300 millones de euros en Baleares y genera 6.000 puestos de trabajo. Un sector que no quiere limitaciones, pero sí diálogo, para avanzar hacia un futuro sostenible.

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