Arca denuncia la demolición de otro edificio singular de Palma: ahora la casa Miralmar de Génova
"A la vergonzosa pérdida del edificio tenemos que añadir la del interesante jardín escalonado que tenía"
La asociación proteccionista Arca ha lamentado la demolición de Miralmar, «una casa singular en Génova» construida en 1926 que, además, habían incluido en las alegaciones al plan general, y ha avisado, en este sentido, que «se pierde el barrio por no haber un plan urbanístico adecuado».
«Miralmar era una casa de 1926 con gran presencia y carácter, situada en la calle Rector Vives 54 del barrio de Génova. A la vergonzosa pérdida del edificio tenemos que añadir la del interesante jardín escalonado que tenía», ha indicado la asociación este miércoles en un comunicado.
En esta línea, han recordado que «desde hace años» piden una ampliación suficiente del catálogo de elementos patrimoniales. Concretamente, en febrero de 2022 reclamaron la catalogación de muchos inmuebles en Palma y una revisión «exhaustiva» del catálogo dentro de las alegaciones a la aprobación inicial del nuevo Plan General de Urbanismo, al detectar «importantes carencias», según han dicho.
Además, han añadido que el barrio de Génova es uno de los que más pérdidas de edificios singulares y originales ha tenido en los últimos años, algo que Arca «ya había denunciando en otras ocasiones y no se ha puesto remedio».
«No nos queda sino lamentar una gestión insatisfactoria de nuestro patrimonio dentro de unos planes urbanísticos que permiten un aprovechamiento excesivo o unos planes especiales obsoletos con criterios antiguos que no se han sabido parar», ha criticado la asociación, censurando también que «se siga favoreciendo la sustitución de inmuebles originales y la desaparición de la historia».
Por todo ello, Arca ha considerado que Génova «no merece este maltrato» y ha avisado que el catálogo de elementos de valor patrimonial «sigue siendo insuficiente en toda Palma, y la llegada de dinero, especialmente dedicado a vivienda unifamiliar de lujo, está provocando pérdidas dolorosas».
«La autenticidad, la historia y el paisaje siempre están en último término ante la ambición y la especulación; los intereses particulares no pueden triunfar sobre los generales», han sentenciado.
Para finalizar, la asociación ha reivindicado que la demolición se podría haber evitado, ya que advirtieron de su singularidad un año antes de que fuera concedida la licencia, «antes del cambio de gobierno municipal».
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