Las Agustinas celebran la misa de acción de gracias en honor de Sebastián Gili, un héroe en la Mallorca del XIX

La iglesia de Santa Cruz de Palma acoge la Eucaristía para celebrar la declaración de Gili como venerable

Personas vinculadas a la Congregación de las Agustinas y sus centros docentes y ciudadanos en general abarrotan el templo

Sebastián Gili
La comunidad de las Agustinas y las autoridades en la misa de acción de gracias. (M. B.)
Miquel Ángel Font

Por su vida y obra no hay más remedio que reconocer a Sebastián Gili como un héroe en la Mallorca de la segunda mitad del siglo XIX. Un héroe para los enfermos y necesitados, para la infancia y debería serlo también para los movimientos feministas hoy tan en voga. Gili, fundador de la Congregación de las Agustinas Hijas del Amparo, fue reconocido el pasado mes de enero por el Papa Francisco como venerable debido precisamente a sus «virtudes heroicas». La Congregación de las Agustinas ha celebrado este domingo en la Parroquia de Santa Cruz de Palma una Eucaristía de acción de gracias por la declaración de Gili como venerable.

Ha sido una ceremonia brillante concelebrada por una decena de sacerdotes que ha tenido como escenario la hermosa iglesia gótica de Santa Cruz. El templo se ha visto totalmente abarrotado de fieles, de ciudadanos en general, de seguidores de la causa de Sebastián Gili y de personas vinculadas a la Congregación de las Agustinas y sus diversos centros docentes. También han asistido algunas autoridades como la consellera de Asuntos Sociales, Catalina Cirer, y la vicepresidenta del Consell, Antònia Roca.

Las Agustinas habían convocado a toda su comunidad docente y a los ciudadanos en general con el siguiente mensaje: «Pienso que es un deber de todos los que de alguna manera le seguimos en sus obras, agradecer este acontecimiento del que la Congregación sale muy enriquecida espiritualmente. Sin Sebastián la Congregación no existiría y nuestras vidas, sin duda, serían diferentes. Por esto os animo a todos a que el domingo nos unamos y celebremos con gozo este acontecimiento». Y así ha sido.

Dice el comunicado de la Congregación que sin Gili «nuestras vidas serían diferentes». También Mallorca sería diferente y para convencerse de ello no hay más que analizar la vida de este religioso por no mencionar la inmensa labor educativa de las Agustinas en Mallorca a lo largo de los años.

Un momento de la misa de acción de gracias.

Gili nació en Artá (Mallorca) en 1811. Era hijo de payeses y dedicó toda su vida a los enfermos y necesitados. Para poder desarrollar mejor su misión fundó la Congregación de las Agustinas Hermanas del Amparo en 1859. Lo hizo con el objeto de «tender una mano al necesitado sin acepción de personas». Participó activamente en el proceso de consolidación y vertebración de las instituciones de beneficencia de Mallorca.

También se preocupó por la condición de la mujer, muy discriminada en aquella época, y dedicó muchos esfuerzos a la protección de la infancia.

En 1865 Mallorca sufrió una grave epidemia de cólera y allí estuvieron  Sebastián Gili y las Agustinas  para asistir a los enfermos, de forma especial a los que menos recursos tenían. En 1860, Gili fue nombrado director del Hospital de Palma.

Según señala la Real Academia de Historia, «al terminar su carrera sacerdotal, Gili manifestó una clara vocación por los enfermos y necesitados. Vio con ojos de padre la infancia abandonada, a la que dedicó buena parte de su vida. Encontró los establecimientos de beneficencia en situación demencial y era de urgente necesidad llevar a cabo una serie de reformas encaminadas a dignificar la vida de los asilados».

Muchas cosas más podrían contarse de Sebastián Gili, que a lo largo de su vida sufrió momentos difíciles y complicados. En 1868 fue destituido por el gobierno revolucionario de todos sus cargos en las instituciones públicas de beneficencia y en 1887 fue destituido como superior y director espiritual de las Agustinas aunque el cese nunca llegó a ser efectivo. A pesar de todo, Gili siguió siempre adelante con la colaboraciòn de las Agustinas en su misión de atender a los pobres, los necesitados, los enfermos y los marginados.

Las Agustinas mantienen vivo hoy en día el legado de Sebastián Gili y prosiguen con la labor docente en varios centros siendo su buque insignia el Colegio de Santa Mónica, situado en el barrio de Els Hostalets de  Palma.

En 1997 Sebastián Gili fue nombrado hijo adoptivo de Palma y en 2009, hijo ilustre de Artà. En 2022 se inició en Roma la causa para su beatificación que ahora ha dado su primer fruto con la declaración de venerable.

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