La dictadura comunista de Marinaleda

Margarita, la valiente de Marinaleda que planta cara a Gordillo: «Yo le he echado de mi casa y lo he pagado»

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Borja Jiménez

Margarita Pradas es la única vecina de Marinaleda que se atreve a plantar cara al alcalde comunista de este municipio sevillano. Y es que el regidor, Juan Manuel Sánchez Gordillo, tiene atemorizado a todo el pueblo desde hace más de 40 años, tal y como pudo comprobar OKDIARIO Andalucía en este reportaje. «He pagado un precio muy caro por no hacer lo que él ha querido», explica Margarita.

La hija de Margarita trabajaba a través la bolsa de empleo del Ayuntamiento en ‘ayuda a domicilio’, pero tuvo que operarse un brazo porque se le partió un tendón. En ese tiempo que estuvo de baja, que según explica Margarita fue «poco», Sánchez Gordillo se presentó en su casa y le pidió que fuera a insultar a un socio de la cooperativa porque, según el alcalde, «le trataba muy mal». Tal y como relata Margarita a OKDIARIO Andalucía: «Quería que yo fuera a la casa del socio de la cooperativa a insultarle. Y le dije que yo no iba a hacer eso. Le dije que él estaba acostumbrado a que hagamos lo que quiera pero eso ya era mucha tela. Me lo dijo aquí en mi casa. Vino cuatro o cinco días. Y la última vez se lo dije: ‘Te puedes ir tranquilamente ya de mi casa y no volver. Mi casa no me la pises más. Yo no voy a insultar a nadie’».

«Gordillo quería que yo fuera a la casa de un socio de la cooperativa a insultarle. Y le dije que yo no iba a hacer eso»

Por probar, explica Margarita, sugirió al regidor que fuera con ella a insultarle. «Y me dijo que no, que él eso no lo podía hacer. ¿Y voy a ir yo? ¿A insultar a una persona que a mí no me ha hecho nada? Le dije: ‘Pilla la puerta de mi casa ahora mismo y aquí no vuelvas más’. ‘¿Me estás echando a la calle?’, me dijo. Y dije: ‘Sí. Yo creo que te le estoy diciendo claro’. ‘Atente a las consecuencias’, fueron sus palabras. Y yo sabía, y se lo dije a mi marido, que algo iba a hacer. Pero yo en la vida pensaba que lo que me iba a hacer era quitarle a mi hija el trabajo», cuenta Margarita.

«Mi hija se reincorporó. Y vino y me dijo: ‘Mamá, que me han echado de la bolsa de trabajo’. Pero nosotros es que ni sabíamos que eso se podía denunciar. Solo lo denuncié a través del Facebook», continúa esta vecina de Marinaleda, que asegura que Sánchez Gordillo negaba haberla despedido: «Me decía que no la había echado. ¿Pero cómo que no? Si mi hija está fuera de la bolsa… ‘La has echado tú’, le dije. ‘¡Idse de aquí!’, él no sabía más que echarnos fuera. Y desde entonces, pues nos encerramos en el Ayuntamiento».

De este modo, Margarita y su marido decidieron encerrarse en el consistorio municipal como forma de protestas. La reacción de Sánchez Gordillo: enviar a la Policía. «Aquí no hay guardias. Aquí no hay Policía Municipal. Pues si hubieras visto lo que nos echó a nosotros… Para tres personas que estábamos en el Ayuntamiento… Y ahí estábamos, mi marido, mi hija y yo. Pacíficamente. Estábamos ahí todo el día, comíamos, ahí sentados, y cuando llegaba la noche nos acostábamos en un colchón ahí dentro. Pues nos echó guardias… ¡Hasta secretas vinieron! Aquello estaba…», explica Margarita, que asegura que cuando vio todo ese despliegue se dijo: «¿¡Pero esto qué es!? ¿Qué hemos hecho? ¿Si aquí no quieren guardias cómo es esto?».

«Yo he pagado un precio muy caro por no hacer lo que él ha querido: a mi hija le han quitado el trabajo»

«Yo les decía a los policías: ‘¿Pero qué estáis pensando? A ver si nos vais a picar para albóndigas o para hamburguesas’. Hasta que ya por la tarde fuimos al cuartel a declarar, y cuando llegamos ahí nos dicen que estábamos imputados. ¿Imputados? ¿Como el Julián Muñoz y la Pantoja? Y nos dijeron: ‘¿Ustedes han hecho algo?’. Y digo: ‘¿Nosotros? Sí, mira, en el cementerio de Marinaleda tenemos unos cuantos matados, id cuando queráis y los veis. ¡¿Pero qué vamos a hacer nosotros?! Si nosotros lo que hemos hecho es estar una semana encerrados en el Ayuntamiento, defendiendo que a mi hija le han quitado el trabajo y la comida de sus tres hijos. Nosotros no hemos hecho nada’», relata Margarita.

«Ya el último día me vino el teniente de alcalde, con unos cuantos papeles, y le dije: ‘¿Qué? ¿No hay arreglo no?’. Y, palabras textuales del teniente de alcalde: ‘Para nada (sirve) que presionéis, porque la bolsa de ayuda a domicilio ni se va a abrir ni tu hija entra a trabajar aquí’. Y eso se me ha quedado grabado con un hierro ahí, como se lo ponen a los caballos», concluye Margarita sobre la historia del despido de su hija.

Y es que, como explica Margarita, «no es fácil» enfrentarse al comunista Sánchez Gordillo, que rige Marinaleda con puño de hierro desde 1979. «Es que esto no es tan fácil. Yo he pagado un precio muy caro por no hacer lo que él ha querido. Yo he pagado un precio muy caro. Carísimo. A mi hija le han quitado el trabajo. Porque si yo hubiera insultado a ese hombre mañana es que está fija en la ayuda a domicilio. Porque así marcha esto en Marinaleda», lamenta Margarita.

¿Libertad?

«Yo soy una analfabeta, trabajo desde los siete años y tengo 56, pero hasta ahí llego yo. La libertad de expresión quiere decir que cada uno tiene libertad para opinar y decir lo que piensa, sin ofender a nadie. Y la democracia es eso, ¿no? Ser libre para opinar. Pues aquí no puedes», sentencia esta vecina de Marinaleda, que asegura que «si hablas algo te dicen que es porque te han quitado el ‘chupe’ -subvenciones o empleo público-. ¡Pero qué ‘chupe’! Si a mí no me ha dado el alcalde absolutamente nada».

«Lo que me ha hecho el alcalde yo no se lo perdono ni aunque venga de rodillas que venga en busca mía»

Cuestionada sobre si tiene apoyos en el pueblo, asegura que sí, pero que se lo muestran «muy bajito». «Por el WhatsApp. Y me llaman mucho y me dicen: ‘Margari estoy contigo’. Pero es que aquí hay gente que ha tenido que salirse de mi Facebook. Hay una persona, que nunca daré su nombre, que me dijo que en la fábrica de pimientos se había corrido la voz de mi página (contra Sánchez Gordillo), y me han dicho que o nos salimos o…», asegura.

Votos

En las últimas elecciones municipales, Avanza -grupo político- casi dio el ‘sorpasso’ a Adelante, partido de Sánchez Gordillo. Con 847 votos, Avanza logró arañar cinco concejales (de once) y quitó, por primera vez en más de 40 años, la mayoría absoluta a este particular regidor comunista, que con 891 votos, sin embargo, sigue siendo el que cuenta con más apoyos. El PSOE logró 63 votos y el PP 27, pero no fue suficiente para que tuvieran representación en este consistorio municipal sevillano.

«Él manda a gente a las casas a repartir la papeletas. Pero hay que tener la cara dura para enviarme a mi casa a gente a que me den a mí el voto de Sánchez Gordillo»

 

«Bueno, año ha perdido claramente. Eso para él ha sido una derrota porque eso no ha pasado aquí nunca. Es la primera vez que le quitan cinco concejales al alcalde. La primera vez que ha pasado», celebra Margarita, que se confiesa votante de la oposición: «Yo dije que iba a votar a Avanza. No me he tapado. Y él manda a gente a las casas a repartir la papeletas. Pero hay que tener la cara dura para enviarme a mi casa a gente a que me den a mí el voto de Sánchez Gordillo. Si tú le quitas a mi hija el trabajo y la comida de sus hijos, ¿cómo te voy a votar yo a ti?».

«Él reparte sus votos. Reparte su papeleta para que ya vayas y lo eches en la urna. Y nosotros estábamos aquí en la puerta esperándolos (…). No queremos el voto. Me dijeron que su obligación era traérmelo y yo les dije que la mía era contestarles. ‘¿No te he contestado bien? Yo no voy a votar al alcalde’, les dije. Porque es que lo que me ha hecho el alcalde yo no se lo perdono ni aunque venga de rodillas que venga en busca mía», concluye esta valiente vecina de Marinaleda.

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