OKENTREVISTA A RICARDO SANZ

El artista Ricardo Sanz llega a Sevilla: «El goce del arte es muy interior, mucho más intenso»

Ricardo Sanz
Ricardo Sanz.
Borja Jiménez

Ricardo Sanz es uno de los pintores contemporáneos más importantes de España. Su trazo, el juego de color y el mimo con el que cuida las luces y sombras son su santo y seña, y los sevillanos podrán contemplar su obra en el Real Círculo de Labradores, del 20 al 30 de octubre, de 10:30 a 14:00 y de 17:00 a 20:30 horas. Como sus cuadros, sus palabras tampoco dejan indiferentes a nadie. Sanz ha charlado con OKDIARIO Andalucía sobre el arte, las modas, las subvenciones y hasta de Mortadelo y Filemón.

Pregunta (P): Usted es un pintor moderno que conjuga lo nuevo con lo antiguo, ¿va al margen de las modas?

Respuesta (R): Sí, soy un pintor que trabaja independientemente de las modas. Voy a lo que me gusta pintar: la pintura suelta, fluida, figurativa… pero al mismo tiempo moderna, con un color tremendo. Lo que más me importa es el juego de la luz, cómo envuelve y se conjuga con los objetos y las personas par dar a todo un aire muy especial. Desde siempre, lo más importante para mí ha sido el estudio de la luz. Por eso, esta exposición la he titulado ‘La luz como esencia del arte’. Es lo fundamental en pintura.

P: ¿Ha mejorado la técnica de la luz con respecto a los pintores del Renacimiento?

R: Sí. Al final del Renacimiento empieza a utilizarse el óleo, que supone una revolución. También hay una serie de avances técnicos y de personalidades que han resultado importantísimas. Por ejemplo, Velázquez ha sido el padre de gran parte de los pintores que ha habido posteriormente. Dio unas clases magistrales a todos los pintores que hemos venido después.

Obra de Ricardo Sanz.
Obra de Ricardo Sanz.

P: En la antigüedad era común que la Casa Real pidiese retratos de sus personalidades, haciendo que esas pinturas pasaran a la historia. ¿Considera que usted también ha pasado a la historia?

R: He pintado a varios miembros de la Casa Real y a muchas personalidades, como Jesús Posada, presidente del Congreso de los Diputados. También otras que quizá no son demasiado populares, pero que son también importantes en su ámbito.

P: ¿Quién fue la primera persona de la Casa Real que retrató y qué supuso para usted?

R: Me encargaron un retrato del actual Rey. Entonces era muy jovencito, y yo también. Para mí fue un gran honor.

P: Su relación con el arte viene de familia, ¿verdad?

R: Yo he sido el primer pintor de mi familia. Mi abuelo tuvo una galería de arte en San Sebastián. Pintaba un poco como aficionado, pero no se dedicaba a ello. Él conocía a todos los pintores de la época: Sorolla, Vázquez Díaz, Zuloaga… Muchísimos pintores importantísimos pasaron por allí y tuvo amistad con todos ellos. La pena es que yo casi no conocí a mi abuelo porque yo era muy pequeño cuando murió, pero esa tradición del gusto por la pintura se mantuvo. Aunque no solamente por lo familiar. En aquella época, el arte en general, no sólo la pintura, tenía más importancia que hoy en día. Cuando yo empecé estaba más presente en nuestra sociedad.

Obra de Ricardo Sanz.
Obra de Ricardo Sanz.

P: ¿Han perdido popularidad los pintores?

R: Sí. Aunque en mi caso tiene una ventaja: a mí me gusta ser conocido en los ámbitos artísticos y entre las personas que les interesa el arte, pero no tengo un gran interés en ser una persona popular.

P: Antes los artistas eran estrellas…

R: Siempre ha sido para minorías, pero había toda una clase social a la que le interesaba muchísimo el arte y la pintura. Y sí, eran celebridades. De hecho, fíjese cuántas calles de ciudades están dedicadas a pintores del sigo XIX y principios del XX. Muchísimas. Y sin embargo ahora hay demasiadas cosas que nos dispersan. Internet y las redes sociales quizá sean una ventaja para algunas cosas, pero creo que vamos a pagar un precio muy caro por todo ello.

Buscamos la máxima inmediatez y el arte requiere un sosiego, enamorarse de un cuadro. No es lo mismo ver un cuadro unos segundos en un ordenador que ir al estudio de un pintor o a una galería de arte a recrearse y enamorarse de una obra. Es una liturgia completamente diferente. Pasa lo mismo en la cocina. No es lo mismo ir a un restaurante maravilloso y que te pongan un plato extraordinario que hacerlo en tu casa. Quizá lo hagas igual, pero no es lo mismo. Te pierdes el ambiente, la atmósfera… Y en una galería o en el estudio de un pintor pasa algo parecido.

P: ¿Tienen los pintores subvenciones públicas como el cine o son los apestados de las bellas artes?

R: En las artes plásticas, la pintura y la escultura, no existen unas subvenciones como en el cine. Puede haber algún encargo para alguna entidad, pero hay personas a las que le parece un gasto superfluo. Pero en el Congreso de los Diputados y en el Senado hay unas colecciones de retratos de los presidentes desde el siglo XIX y con las mejores firmas: Sorolla, David Salle, Moreno Carbonero… Muchísimos pintores de aquella época y de nuestros días. Y casi que les parece escandaloso pagar un dinero por ello. Además, no sé por qué se hace público, porque cuando se compra cualquier otro objeto no se dice cuánto se ha pagado por ello.

Con los cuadros, sin embargo, sí se hace. Es una cosa un poco absurda. Y la gente se escandaliza. Menos mal que en la época de Felipe IV no se escandalizaban tanto y, habiendo mucha más necesidad que ahora, les pareció importante el arte. No sólo la pintura, sino también la escultura y la arquitectura. Si no no tendríamos absolutamente nada de lo que tenemos. Hace poco se recibió a los líderes de la OTAN en el Museo del Prado para hacer una cena especial.

Obra de Ricardo Sanz.
Obra de Ricardo Sanz.

Las autoridades estaban encantadas de mostrarlo. Tienen que tener en cuenta que, en un momento dado, hubo personas que entendieron que el arte es una necesidad. No sólo de pan vive el hombre. Desde el principio de la civilización, y aunque siempre se ha vivido peor que ahora, el hombre ha pensado que el arte era muy importante. Y por eso se hicieron catedrales, cuadros y esculturas maravillosas. Hoy, como se haga un referéndum para poner una escultura en una plaza, seguro que no se hace. Hay otras cosas antes. Pero gracias a Dios no me puedo quejar, siempre ha gustado mucho mi pintura y he tenido mucho éxito en mis exposiciones.

P: ¿Cuándo y dónde se podrá contemplar su arte en Sevilla?

R: En el Real Círculo de Labradores, del 20 al 30 de octubre, de 10:30 a 14:00 y de 17:00 a 20:30 horas.

Obra de Ricardo Sanz.
Obra de Ricardo Sanz.

P: ¿Cuál cree que es el punto diferencial de su obra con respecto a otros artistas?

R: Mi trazo es muy colorista, muy suelto. A mí me ha gustado siempre esa espontaneidad de la pintura fluida, que se note que es pintura. Y trabajar mucho con el juego de color, de fríos y cálidos, colores contrapuestos. Hacer esos juegos de luz para hacer vibrar el espíritu del espectador, para que el que vea mis cuadros sienta algo profundo. Ésa es en realidad la finalidad del arte, hacernos gozar de esa belleza.

P: ¿Por qué el arte digital no es capaz de transmitir lo mismo que un cuadro a mano?

R: Por la pasión. El artista verdadero lleva dentro una pasión y la pone en cada pincelada, en cada trazo. Eso una máquina jamás lo podrá hacer. Podrá copiar o hacer una cosa parecida, pero la pasión que sale de una persona se ve en el movimiento, que a veces es imperfecto. Y en esa imperfección está la magia. Es la pasión por el arte. Es algo muy difícil de explicar, porque es algo que lleva uno muy dentro, porque nuestras pinceladas y nuestros trazos salen de lo más profundo de nuestro ser, del espíritu. Y el espectador se emociona al verlo, es un goce muy profundo, distinto a otros. El goce del arte es muy interior, mucho más intenso.

P: Y el romanticismo del arte no lo tiene un ordenador…

R: Sí. El ser humano son emociones. Si uno va al Museo del Prado y se acerca a un cuadro de Velázquez y lo observa a escasos centímetros, está viendo la pincelada que dio hace tantos años. Y ahí está, tan moderno. Con dos trazos parece que mal dados da la forma a un ojo; luego uno se retira dos metros y ve que está explicado todo.

P: ¿Hasta dónde llega el arte? Hay quien dice que un rapero amenazando de muerte a un político en una canción es arte…

R: La pregunta es: ¿cuál es el objeto del arte? El goce del espíritu, el goce de lo más profundo del ser humano. Y todo lo que no sea eso, a mi modo de ver, no es arte. Es otra cosa. Tendrá su valor o no, pero es otra cosa. El arte está hecho para el goce profundo.

Obra de Ricardo Sanz.
Obra de Ricardo Sanz.

P: También habrá quien diga que los cómics de Mortadelo y Filemón son arte…

R: Y el que ha diseñado una silla maravillosa también sería arte. Pero no podemos confundirnos. Una cosa es la artesanía y otra cosa es el arte. Es algo completamente distinto. El arte es una obra única que hace un artista fruto de su emoción y su preparación. Hay un momento y una trayectoria. Lo otro está muy bien, pero no tiene nada que ver. Tiene su valor, no se lo vamos a quitar, pero es otra cosa. Si llamamos arte a todo, entonces nada es arte. El arte es algo excepcional.

P: ¿Se ha prostituido la palabra arte?

R: Creo que sí. En ARCO -la Feria Internacional de Arte Contemporáneo de Madrid- habrá algunas piezas interesantes, pero hay muchas piezas que todos sabemos que ni es arte ni es nada. Está todo un poco mezclado. No podemos llamar arte a cualquier cosa. Pero allá cada cual (risas).

Lo último en España

Últimas noticias