Diego Otero: «Antes dábamos comida a 250 personas y después de la pandemia damos a unas 500»

La crisis económica provocada por la pandemia ha hundido negocios y dejado a muchas familias sin ingresos. Semana a semana, vamos viendo en EL FOCO cómo ha afectado a los diferentes sectores. Tendremos que esperar al cierre del año para ver las cifras oficiales de 2021. De momento, lo que sabemos es que España es el país de la Unión Europea que más lento se recuperará de la crisis y que será el único que en 2021 no haya vuelto todavía a los niveles previos al covid.
2020 acabó con 622.600 puestos de trabajo destruidos y 527.900 desocupados más, la cifra total llegó hasta los 3,71 millones de parados, según la Encuesta de Población Activa (EPA) difundida por el INE. Ahora mismo es el segundo con una mayor tasa de paro.
Este escenario ha abocado a situaciones personales muy duras en personas que antes tenían un trabajo con unos ingresos medios. Las colas de los 46 comedores sociales de nuestro país han aumentado hasta casi duplicarse en algunos centros. Los voluntarios no dan abasto, nos cuentan en el comedor social San Juan Bautista, de Madrid, perteneciente a la Orden de Malta, en el que han pasado de alimentar a 250/300 personas antes de la pandemia a 450 o 500 ahora.
Las cifras del Banco de Alimentos son contundentes. Desde que empezó la pandemia, ha distribuido un 30% más de comida, 16 millones de kilos al mes, y al final de 2020, 200 millones de kilos de comida.
El perfil de las personas que solicitan ayuda ha cambiado. A las familias vulnerables que ya existían antes de la pandemia (en su mayoría inmigrantes sin recursos o los ‘sin techo’ excluidos de la economía y de la sociedad) se suman muchos que jamás lo imaginaron, personas que han perdido el trabajo (bien sea por cuenta ajena o propia), no tienen ahorros ni nadie cercano que les pueda ayudar.