Esto es un circo

Carles Puigdemont
Raül Romeva saluda al entonces president catalán Carles Puigdemont (Foto: Efe).

Hablar de los políticos independentistas de Cataluña es hablar, de algún modo, del vodevil. Aquellas piezas teatrales del siglo XVIII cuyos argumentos se disparataban hasta el infinito y más allá. Las maniobras de los secesionistas son un quiero y no puedo que siempre chocan contra la única realidad vigente e inviolable que rige el día a día en España: la Constitución. Un documento que los principales partidos han de defender de manera denodada ante la deriva nacionalista que intentan imponer más allá del Ebro a golpe de disloque. El último, protagonizado, como no, por el propio presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont.

Al tiempo que pide más dinero al Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) para paliar la crisis que vive la comunidad autónoma catalana y, como consecuencia, dispara su déficit, trata de montar un gabinete de Asuntos Exteriores en la sombra. Una manera de persistir en la fútil dinámica iniciada por el autodenominado conseller de Asuntos Exteriores, Raül Romeva. Este político nacido en Madrid ha hecho del ridículo su constante al presentarse ante distintos políticos internacionales como titular de esa cartera. Si esta iniciativa no fuera por sí sola un homenaje ciclópeo al más absoluto de los absurdos, tanto DIL  —antiguo CDC— como ERC luchan por el control de la misma y la consideran clave para obtener la independencia.

Un dislate de dimensiones cósmicas que hace del día a día político de Cataluña algo más cercano a un frenopático que a la lógica congruente que debería articular una gestión rigurosa y seria. Lamentablemente para los ciudadanos catalanes, no es de extrañar que las entidades financieras no quieran amparar sus demandas económicas. Las cuentas son raquíticas debido a la deficiente gestión de los sucesivos gobiernos independentistas.

No obstante, lejos de intentar reconducir la situación, entre la dirigencia del ‘procés’ no se atisba indicio alguno de cordura. Prueba de ello es el Consejo Asesor para la Transición Nacional, un organismo de asesoramiento donde habitan ínclitos como el expresidente Artur Mas —heredero político del clan delictivo de los Pujol— y la periodista Pilar Rahola. Esos son los mimbres con los que pretenden crear la ‘patria catalana’. Esta pléyade de pensadores no han pasado de concatenar ridículo tras ridículo en su intento por erigir la ‘República de Cataluña’. Una entelequia que, además, choca contra la voluntad de la Unión Europea, contraria a permitir movimientos rupturistas en su propio territorio.

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