
El verano trae consigo cambios en nuestra rutina, en el clima… y también en nuestra alimentación. Con las altas temperaturas, muchas personas sienten digestiones más pesadas, recurren a comidas rápidas poco equilibradas o, sin saberlo, se exponen a intoxicaciones alimentarias. Desde el Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas, Lara Prohens, dietista-nutricionista y secretaria del Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de Baleares, nos explica cómo comer bien en verano: qué alimentos elegir, cómo evitar riesgos y cómo disfrutar de una dieta sabrosa, ligera y saludable también en vacaciones.
Del frescor de los balnearios gallegos al poder curativo de los lodos del Mar Menor, el turismo de salud vive un auge sin precedentes. Cada vez más viajeros eligen destinos donde descansar, cuidar cuerpo y mente y volver renovados. España se consolida como un paraíso del bienestar, con propuestas que combinan calidad médica, naturaleza y tradición.
El facultativo del servicio de Urgencias del Hospital Quirónsalud Córdoba, el doctor José Padilla, ha informado de que más de 300 medicamentos pueden provocar una reacción cutánea conocida como fotosensibilidad, una respuesta anormal de la piel causada por la interacción entre el fármaco y la radiación ultravioleta (UV), por lo que, con la llegada del verano y el aumento de la exposición solar, "conocer este efecto y cómo prevenirlo es esencial para evitar lesiones dolorosas y persistentes".
Una alimentación adecuada es esencial para mantener la salud y evitar problemas derivados de deficiencias o excesos nutricionales. Los lácteos juegan un papel importante, pero su consumo debe ajustarse para aportar beneficios sin riesgos. La Sociedad Española de Nutrición Comunitaria recomienda entre 2 y 3 raciones diarias de lácteos bajos en grasa, como yogures, leche semidesnatada y quesos frescos, para favorecer la masa ósea y función celular. Estos deben integrarse en una dieta variada, con frutas, verduras, proteínas y buena hidratación, garantizando así una nutrición equilibrada en la vejez.
Después de colocar un dispositivo implantable bajo la piel, un equipo de investigadores norteamericanos del prestigioso Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) ha conseguido elevar los niveles de glucosa cuando se produce el temido bajón (hipoglucemia). Y solamente han tardado diez minutos en hacer que se recupere la normalidad. El estudio se ha realizado en ratones y se encuentra en fase de desarrollo.