El Sudeste Asiático sin salir de la Península: el pueblo pesquero de Portugal que tienes que visitar
Si quieres descubrir el Sudeste Asiático sin tener que volar a la otra punta del mundo, tienes la oportunidad de conocer este precioso pueblo pesquero de Portugal. Se encuentra a apenas una hora de Lisboa y es un verdadero remanso de paz, alejado del bullicio y el ajetreo habituales en otros lugares mucho más turísticos del país.
Y es que, a pesar del paso del tiempo, esta pequeña villa ha sabido conservar su encanto más tradicional. Ubicado en Comporta, en plena Península de Troia, y bañado por las aguas del Atlántico, es un lugar estupendo para una escapada.
El pueblo pesquero más tranquilo y bonito de Portugal
Aunque Carrasqueira carece de las playas paradisíacas típicas del Algarve, su encanto no tiene nada que envidiar a los destinos más famosos de la región. Ubicada en la Reserva Natural del Estuario del Sado, esta localidad cuenta con uno de los puertos pesqueros más singulares de la Península Ibérica, construido completamente con madera entre las décadas de 1950 y 1960, siguiendo el estilo arquitectónico popular de la época.
Estas construcciones, conocidas como palafitos, son características de lugares distantes de Portugal y transportan a los visitantes al Sudeste Asiático con sus tableros y pilotes irregulares. La necesidad de enfrentar las constantes mareas bajas en la ría llevó a los habitantes locales a construir este puerto palafítico único en Europa, que se ha convertido en un lugar destacado para contemplar la puesta de sol.
En este pintoresco puerto, también se encuentran numerosas cabañas de madera pertenecientes a los pescadores locales, que añaden un toque aún más extraordinario al lugar. Además, casi todos los días los propios pescadores venden sus capturas en el embarcadero, donde se pueden adquirir productos frescos típicos de la zona.
Carrasqueira forma parte de la freguesia de Comporta, junto con otros seis pueblos, y ofrece la oportunidad de disfrutar del delicioso arroz de lingueirão, especialmente en su calle principal, la avenida dos Pescadores. Sin embargo, lo más destacado son sus atardeceres sobre el puerto palafítico.
La mejor forma de acceder al puerto palafítico de Carrasqueira para ver el atardecer es en coche, y la ruta más recomendada es tomar la carretera N-253 que conecta Alcácer do Sal con Comporta. Antes de llegar a Comporta, hay una señalización que indica el camino hacia Carrasqueira, a unos 10 minutos en coche. Al llegar a Carrasqueira, simplemente hay que seguir la avenida dos Pescadores, que conduce directamente al puerto palafítico.
Lugres ocultos que son un tesoro
Además de este precioso pueblo pesquero, Portugal alberga verdaderas joyas, muchas de las cuales no aparecen en las guías turísticas.
Piódão, una de las aldeas históricas de Portugal, se encuentra en la Sierra de Açor. A diferencia de las otras 12, esta carece de castillo y murallas, pues su peculiar ubicación en la ladera de la montaña la convierte en una fortaleza natural. Sus encantadoras calles y casas de pizarra son sus rasgos distintivos, con la Iglesia Matriz de blanco impecable y la capilla de San Pedro como puntos de interés destacados.
En el Algarve, una de las más conocidas de Portugal, se encuentra Carvoeiro, un encantador pueblo de pescadores construido a lo largo de un acantilado rocoso conocido como el algar seco, donde se forman cuevas, grutas y senderos naturales. Llegar hasta allí es sencillo: simplemente sigue las pasarelas de madera desde la parroquia de Nuestra Señora de la Encarnación.
Azenhas do Mar, un encantador pueblo suspendido entre el mar y el cielo, fue un destino de vacaciones para los monarcas portugueses en el pasado. Hoy en día, es una imagen digna de una postal, con sus casas escalonadas a lo largo del acantilado, creando un efecto cascada que desemboca en el Atlántico. La bahía, donde se encuentra la piscina oceánica del restaurante Azenhas do Mar, añade un toque especial a su belleza. Situado a menos de una hora en coche de Lisboa, también es conocido por sus viñedos plantados en suelo arenoso.
A pesar de ser reconocida como una de las ciudades más hermosas y turísticas de Portugal, Oporto guarda un tesoro poco conocido: sus playas. Entre estas, destaca la playa de Miramar, hogar de la Capela do Senhor da Piedra, una pequeña capilla construida sobre una roca próxima al mar. Sin embargo, su origen y razón de estar allí permanecen envueltos en misterio, alimentados por numerosas leyendas locales.
El Parque Natural del Sudoeste Alentejano y Costa Vicentina se presenta como una opción ideal para una escapada de varios días. Durante este viaje, detenerse en Vila Nova de Milfontes es imprescindible, ya que es una de las áreas menos frecuentadas por los turistas. Por otro lado, el Bacalhôa Buddha Eden, con aproximadamente 35 hectáreas de extensión, se erige como el jardín oriental más grande de Europa.
Como puedes comprobar, Portugal es un país fascinante. ¿Te animas a descubrirlo este 2024? ¡Ideal para unas vacaciones en familia!