Parece salida del Quijote: la playa de Portugal con molinos en la arena
Una playa rica en belleza natural y tradición marítima
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Portugal es un destino turístico digno de admirar por sus costas, ciudades históricas y paisajes increí´bles. Entre los lugares imprescindibles para visitar en Portugal, Lisboa destaca como la vibrante capital del país, con su centro histórico repleto de miradores, plazas y barrios emblemáticos como Alfama y Chiado. Oporto, con su encanto decadente, ofrece una experiencia única con su impresionante arquitectura, como la Torre de los Clérigos y los característicos azulejos de la Estación de San Bento. La ciudad es famosa por su vino y su ambiente acogedor.
El Algarve, conocido por sus impresionantes playas y acantilados, es un destino turístico muy popular que combina playas de ensueño con acantilados de vértigo y un amplio abanico de actividades acuáticas para mayores y pequeños. Madeira, un archipiélago de paisajes diversos, ofrece desde la vibrante capital y sus jardines hasta las playas de arena blanca de Porto Santo y el acantilado más alto de Europa en Cabo Girão. Las Azores, otro archipiélago portugués, son famosas por su impresionante naturaleza volcánica, como la Caldeira Velha y el Algar do Carvao, además de ser uno de los mejores lugares para avistar ballenas. Cada uno de estos destinos ofrece una experiencia única, haciendo de Portugal un país que todo el mundo debería visitar al menos una vez en la vida.
La playa más increíble de Portugal
La playa de Apúlia, situada entre Póvoa de Varzim y Esposende, fue descrita por el escritor José Augusto Vieira en O Minho Pintoresco como un lugar idílico con arena suave, mar tranquilo y campos de maíz. Aunque estos campos ya no existen, los los molinos de viento construidos en granito y esquisto siguen formando parte de la playa. Antiguamente, se utilizaban para moler grano con la fuerza de los vientos oceánicos, y ahora estos molinos sirven como alojamiento para los visitantes.
El litoral de Esposende, hogar de la playa de Apúlia, forma parte del Parque Natural del Litoral Norte. Este zona costera, rica en belleza natural y tradición marítima, fue habitada por los romanos y ha evolucionado de un centro agrícola y de carga a un popular destino de sol y playa. La zona es conocida por su alta concentración de yodo, lo que atrae a multitud de turistas.
Además, la economía local históricamente se basó en la pesca, la sal y la explotación del sargazo, utilizado como fertilizante. El Grupo dos Sargaceiros da Casa do Povo de Apúlia mantiene viva esta tradición con danzas y cantos relacionados con la recolección de sargazo.
La playa de Apúlia presenta una extensa franja de arena rodeada de rocas al norte y un muelle al sur. Las dunas circundantes ofrecen vistas panorámicas, mientras que los pasadizos de madera permiten disfrutar de agradables paseos.
Además de la playa, la región alberga el Parque Moinhos d’Abelheira, donde se pueden conocer más sobre el proceso de molienda y el entorno natural. El Parque Natural del Litoral Norte ofrece pinares, senderos para avistamiento de aves y sitios históricos como el Castro de São Lourenço, complementando la experiencia en esta región portuguesa.
Historia
El mar siempre ha sido una fuente crucial de riqueza en Apúlia, no solo por la sal y el pescado, sino también por la explotación del sargazo. Esta actividad agro-marítima tuvo gran relevancia histórica. Las carpas situadas en las dunas, usadas para guardar utensilios de recolección, son testigos de una práctica que data del siglo XIII. En ese tiempo, hubo conflictos entre los labradores del interior y el arzobispo de Braga sobre el acceso a la playa de Apúlia para la recolección del sargazo.
Más tarde, el foral de Póvoa de Varzim, emitido por D. Dinis, reservó a los habitantes locales el derecho exclusivo de recoger el sargazo. La importancia de esta actividad era tal que la Iglesia prohibió su recolección en domingos y días santos. El sargazo, recogido de junio a fin de año y secado al sol, se usaba como fertilizante orgánico en una economía agraria que carecía de fertilizantes químicos, siendo vital para asegurar buenas cosechas. Los Sargaceiros recogían algas a lo largo de la playa y las secaban al sol, creando un paisaje y olor distintivos durante la temporada.
En Apúlia, el mar también ha marcado la historia local, como lo evidencia la antigua iglesia parroquial, que fue enterrada por arenas entre los siglos XII y XIII. Actualmente, en su lugar se encuentra un crucero, restaurado en 1981. La primera iglesia parroquial construida a finales del siglo XVII también sufrió deterioro, siendo reemplazada por una nueva en 1945. Ésta, a su vez, fue ampliada y renovada, y en 2000 se inauguró la actual iglesia que sirve a la parroquia. La historia de Apúlia está íntimamente ligada al mar, reflejando su impacto en la vida y la cultura local.
En definitiva, Portugal ofrece una diversidad de paisajes, desde playas y ciudades históricas hasta archipiélagos únicos, perfectos para todos los viajeros.