No hace falta viajar a Italia: el pueblo de Navarra que tiene su propio foro romano
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En Navarra encuentra un pequeño pueblo habitado por 103 habitantes que, pese a su actual despoblación, tuvo una gran importancia en la Edad Media. Su castillo, posiblemente construido en torno al siglo XIII, fue uno de los primeros en ser demolidos por orden del cardenal Cisneros.
Tres joyas singulares destacan en este lugar: la histórica Iglesia de San Miguel, que conserva su torre medieval junto con fragmentos del coro, una cripta intrigante y un arco triunfal imponente; la pintoresca Ermita de Santa Bárbara, ubicada en lo más alto del pueblo; y el Crucero del siglo XVI. Cada uno de estos sitios encierra su propio encanto y misterio, añadiendo capas de historia y cultura a este rincón.
El pueblo de Navarra que tiene un foro romano
Eslava, defensora del antiguo Reino y hogar de un castillo que sucumbió en el siglo XVI, se extiende majestuosamente en una ladera de la Navarra Media Oriental. El punto focal de esta encantadora localidad es la imponente Iglesia de San Miguel, cuya construcción finalizó en el siglo XVI, añadiendo una nota de esplendor histórico al paisaje.
Justo frente a Eslava se encuentra el Yacimiento de Santa Criz, un testimonio fascinante de un importante asentamiento vasco durante la época de la conquista romana. Sus necrópolis incineradoras, ágoras, villas y plazas públicas sugieren la magnitud de esta antigua urbe, que se presume era de considerable tamaño. Este yacimiento, uno de los mejor conservados de Navarra, ha sido reconocido como un Bien de Interés Cultural.
Lugares de interés
La Iglesia de San Miguel, que se remonta alrededor del año 1200, es un tesoro medieval que aún conserva su esencia a través de elementos como la torre, las columnas del coro, la cripta y el arco triunfal. A lo largo de los siglos XVI y XVII, esta venerable edificación sufrió varias transformaciones, que incluyeron la adición de capillas y la renovación del alero y la pila bautismal. El arco triunfal, de origen medieval, domina con su presencia imponente y su sección cuadrangular. Los accesos a las capillas están adornados con arcos carpaneles y de medio punto.
Ubicada en la parte alta del pueblo, la Ermita de Santa Bárbara se distingue por su reciente reforma, que le ha conferido un aire renovado y contemporáneo. Desde el exterior, se aprecian sus muros de sillarejo y una cubierta a dos aguas, coronada por una espadaña que alberga una puerta rectangular de acceso. En su interior, destaca una escultura del siglo XVI que representa a Cristo Crucificado, caracterizada por su anatomía expresionista, junto a una representación moderna de Santa Bárbara.
Yacimiento de Santa Criz de Eslava
Santa Criz de Eslava es una joya monumental que atesora los vestigios de una ciudad romana que posiblemente es una de las más impresionantes del Norte peninsular.
Este sitio arqueológico, que resguarda los vestigios del antiguo foro y la necrópolis de la ciudad, ofrece una visión fascinante de la esfera pública de las ciudades romanas en el ámbito vascón.
La crónica de esta antigua ciudad romana, según relata la página web de Santa Criz, se remonta al año 195 a.C., cuando las legiones romanas se toparon con un castro, un enclave fortificado de la Edad de Hierro típico de los vascones, que se alzaba en el cerro que hoy conocemos como Santa Criz de Eslava. Sin embargo, con la llegada del emperador Augusto, la ciudad optó por abandonar su posición en lo alto y se trasladó a los pies de la majestuosa sierra de Zaldinaga.
Descubierto en 1917 por el sacerdote Juan Castrillo, el yacimiento ha sido objeto de excavaciones arqueológicas desde mediados de los años 90. En la actualidad, gracias a un convenio entre el Ayuntamiento de Eslava y la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Navarra, se organizan visitas guiadas y eventos con el fin de revitalizar este tesoro que refleja la grandeza de Roma en tierras vascas.
Palacio Real de Olite
A solo 20 kilómetros de Eslava se encuentra el Palacio Real de Olite. Inspirado en la arquitectura francesa, el Castillo de Olite refleja la opulencia de la época, con torres, galerías, patios y jardines decorados con exquisitos detalles mudéjares y materiales de alta calidad.
En su apogeo, albergaba incluso un jardín colgante y funcionaba como una granja-zoo, donde convivían especies exóticas como papagayos,y jirafas. Hoy en día, el castillo sigue siendo escenario de eventos festivos, torneos de caballería y espectáculos artísticos diversos.
Tras una gran restauración en 1937, el castillo se divide en tres partes: el Palacio Viejo, las ruinas de la Capilla de San Jorge y el Palacio Nuevo. La Iglesia de Santa María la Real, unida al castillo, es un ejemplo destacado de arquitectura gótica.
El Palacio Nuevo, construido a principios del siglo XV, es la parte más extensa del castillo y se puede visitar hoy en día, mientras que el Palacio Viejo alberga un Parador Nacional.