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Es como ir a Venecia pero sin salir de España: la localidad que quiere cobrar a los turistas por entrar

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Sitges.
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

En todo el mundo, cada vez más ciudades y pueblos están implementando una tasa turística. En España, el éxito turístico ha llevado a multitudes abrumadoras, playas llenas y largas filas en los monumentos y restaurantes, convirtiendo las vacaciones de relax en una verdadera pesadilla en algunos casos. Para abordar esta saturación, Sitges está considerando la posibilidad de cobrar a los turistas de un día por entrar en la localidad.

La encantadora localidad costera de Sitges es famosa por su belleza y estilo de vida, atractivos tanto para viajeros españoles como extranjeros. Aquí, se puede disfrutar de un clima excepcional durante todo el año y sumergirse en un ambiente único. El casco antiguo de Sitges y sus playas, bañadas por las aguas cristalinas del Mediterráneo, son sólo algunas de las maravillas que este pueblo tiene que ofrecer.

Sitges, uno de los pueblos más turísticos de España

La localidad costera de Sitges, ubicada entre el mar Mediterráneo y las montañas, ofrece una amplia gama de actividades de ocio para los visitantes. Sus playas en la Costa de Garraf, reconocidas por su calidad con la distinción de «Bandera Azul», son ideales para relajarse y disfrutar del paisaje marítimo. Además, el casco urbano rebosa historia y cultura con construcciones religiosas como las iglesias de San Bartolomé y Santa Tecla.

La estética modernista también deja su huella en Sitges, con joyas arquitectónicas como la casa taller de Santiago Rusiñol, el Cau Ferrat, que sirvió como punto de encuentro para intelectuales y artistas en el siglo XIX. Asimismo, los museos ofrecen una mirada fascinante a la historia y el arte de la región. Desde la casa taller de Rusiñol, que exhibe obras de El Greco y Picasso, hasta el Museo Maricel.

Las playas urbanas de Sitges ofrecen un ambiente animado y accesible para el baño y tomar el sol. Desde Aiguadolç cerca del Puerto de Sitges hasta Anquines en Terramar, estas playas céntricas son populares y concurridas, extendiéndose a lo largo del Paseo Marítimo.

Por otro lado, las playas de Levante incluyen las playas de les Botigues de Sitges, cerca de Castelldefels, con amplias extensiones de arena y la pintoresca Garraf, famosa por sus casitas de pescadores. Mientras, las playas de Poniente, situadas al sur y más alejadas del casco urbano, ofrecen un entorno más salvaje con acantilados y un ambiente más tranquilo y natural para los bañistas.

Tasa turística

El creciente impacto negativo del turismo preocupa cada vez más, ya que afecta la esencia original de los destinos y genera incomodidades para los locales. Venecia ya ha implementado medidas, como cobrar 5 euros a los visitantes que no se alojan, para acceder al casco histórico en un intento por controlar las multitudes. Sitges, siguiendo este ejemplo, considera adoptar un método similar para reducir las aglomeraciones, fomentar estancias más prolongadas y mejorar la calidad de vida de sus residentes.

La población censada en Sitges es de 32.000 habitantes este 2024, mientras que el flujo turístico anual asciende a unos tres millones de visitantes. Este desequilibrio ha generado una gran preocupación en la localidad catalana, que se ve incapaz de cubrir los costos de servicios locales importantes, como la gestión de residuos, con los impuestos de los residentes. La posibilidad de implementar una tasa turística, que podría gravar no sólo la industria hotelera, sino también otras actividades, es competencia de la Generalitat de Cataluña.

El ejemplo de Venecia

Venecia ha estado luchando durante años para evitar su declive debido al exceso de turismo. La UNESCO, que nombró a la Ciudad de los Canales Patrimonio de la Humanidad en 1987, amenazó con incluirla en su lista negra si no se tomaban medidas urgentes para proteger su patrimonio histórico y ambiental. Como parte de esta estrategia, Venecia prohibió la entrada de grandes cruceros a su laguna y ahora se ha convertido en la primera ciudad en el mundo en cobrar una tarifa de entrada.

Desde finales del mes de abril, los turistas que deseen visitar Venecia deben reservar y pagar una entrada de 5 euros, válida la mayoría de los fines de semana entre las 8:30 y las 16:00 horas. Esta tarifa se aplica a quienes no estén alojados en hoteles o alquileres temporales, mientras que los residentes, estudiantes y trabajadores de la ciudad estarán exentos. El billete se compra en Internet y genera un código QR que hay que presentar en los puntos de acceso principales, como la Estación de Santa Lucía.

El alcalde de Venecia, Luigi Brugnano, destacó que esta medida podría convertirse en un modelo para otros lugares del mundo, ya que es crucial preservar los grandes centros históricos. En esta primera fase, la tasa se aplicará sólo durante 29 días de gran afluencia turística en 2024. Aunque se había considerado imponer un límite al número de visitantes diarios en la localidad italiana, finalmente las autoridades decidieron no hacerlo para evitar convertir la ciudad en un museo.

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