Alemania prohíbe los relojes inteligentes y pulseras localizadoras para niños
Si tienes hijos o niños a tu cargo, quizá te has planteado la posibilidad de utilizar una pulsera o reloj inteligente localizador, como los muchos que hay en el mercado, y que se ofrecen como sistemas de seguridad o para poder vigilar de forma remota a los pequeños. Pues bien, el gobierno alemán acaba de prohibir el uso de estos dispositivos; pero no por la posibilidad de que sean interceptados por criminales para seguir a los niños, sino porque se trata de dispositivos que pueden servir para que los padres espíen o graben las conversaciones de los adultos, por ejemplo los profesores o los cuidadores de los niños.
Según la agencia federal de telecomunicaciones alemana (Bundesnetzagentur), los relojes y pulseras inteligentes para niños han sido prohibidos al ser clasificados como “dispositivos prohibidos de escucha”. Así, los relojes y pulseras de este tipo ya no pueden venderse en Alemania. El gobierno ha instado a los padres a destruir los que ya tengan y advierte a los colegios para que pongan atención a estos relojes que podrían escuchar sus conversaciones en clase o en otros entornos, e incluso grabarlas.
Relojes inteligentes para niños ¿para espiar a profesores?
Como sabes, la mayoría de estos relojes inteligentes y pulseras para niños tienen, además de una función de localización, la posibilidad de llamar al niño y, si este no contesta, se puede activar el micrófono del reloj para escuchar el entorno del niño. Por ello, el gobierno alemán teme que estos relojes se usan como micrófonos espía, aunque lo habitual es que las aplicaciones que los acompañan no estén pensadas para espiar sino para situaciones de emergencia. Sin embargo, la agencia federal de telecomunicaciones alemana asegura que los padres están usando estos relojes para escuchar a los profesores en las clases, lo que está prohibido por la ley.
Curiosamente, la decisión no tiene que ver con las reticencias de los expertos con respecto a la seguridad, aunque lo cierto es que estos relojes no son muy distintos a un teléfono Android o un teléfono cualquiera. Por ello, la posibilidad de que un secuestrador use conocimientos avanzados de ciberseguridad para seguir a un niño que lleve este tipo de reloj no parece muy factible (lo más normal es que un secuestrador elija sencillamente un niño que no lleva un dispositivo de seguimiento).
En definitiva, los relojes localizadores ya no pueden usarse en Alemania y los fabricantes deberán empezar a trabajar muy en serio en estos dos aspectos (el del espionaje por los padres y la seguridad) si no quieren que empiecen a ser mal vistos o incluso prohibidos en otros lugares.