ASTURIAS

El descuartizador de Langreo convivió cinco días con el cadáver de su víctima

La Policía halló el sábado la cabeza de la víctima

Los investigadores creen que el detenido mató a puñaladas a su casero por asuntos de droga

Langreo
La Policía Nacional custodia la vivienda donde se produjo el crimen y el descuartizamiento.

El descuartizador de Langreo convivió cinco días con el cadáver de su víctima. La autopsia confirma que Santos Conrado de 71 años murió apuñalado el lunes 18 de marzo, posteriormente descuartizado, y los restos de su cadáver arrojados a una huerta días después. El único detenido, Javier, un hombre de 58 años, niega ser el homicida de su casero.

La víctima, un hombre mayor con movilidad reducida llegó a La Felguera en Langreo ya hace unos años y los vecinos le vinculan con el tráfico de drogas a pequeña escala en su vivienda de la Avenida de Gijón. Sólo hacía dos meses que le alquilaba su vivienda al presunto asesino. Javier, un consumidor habitual de droga que necesita la ayuda de unas muletas para desplazarse, pagaba 100 euros mensuales por una habitación en estado desastroso.

Los testigos le han contado a los investigadores de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Jefatura Superior de Policía de Asturias, que los enfrentamientos entre los dos hombres eran habituales.

Unas piernas en la huerta

El asesinato de Santos salió a la luz a las 10:30 de la mañana del pasado viernes en la Avenida de Gijón, de la parroquia de La Felguera.

Fue un vecino de los dos protagonistas del crimen el que descubrió los restos de Santos Conrado. El día anterior el paisano había estado en su huerta y el cadáver no estaba.

El viernes, éste vecino se disponía a iniciar sus tareas en su huerta cuando se percató de que la tierra había sido removida recientemente. Espoleado por la curiosidad el vecino comenzó a cavar y rápidamente afloraron varias bolsas de basura que contenían los restos de un cuerpo humano descuartizado.

Un trozo de pierna con un calcetín

El relato del hallazgo es escalofriante: «Primero vi una bolsa de basura con carne dentro, luego otra más. En principio pensé que alguien habría hecho una matanza con un cerdo y había arrojado los restos en bolsas de basura en mi huerta. Sin embargo, al remover un poco, vi un trozo de pierna con un calcetín, y llamé de inmediato a la Policía. Poco más tarde hallaron otra bolsa con lo que me pareció un torso humano».

Poco después, efectivos de la Policía Científica tomaban el huerto de Langreo donde se había descubierto el cadáver y comenzaron la inspección ocular del escenario del enterramiento con la ayuda de un dron, mientras el vecindario, conmocionado, asistía a la escena.

«Lo han secuestrado los rusos»

Javier fue interrogado como testigo por la Policía sólo unas horas después del primer hallazgo. Antes, incluso, de que las tareas de búsqueda policiales dieran con la cabeza de la víctima no muy lejos del escenario del crimen.

A los agentes, y posteriormente en el juzgado, dio todo tipo de excusas. Primero dijo que su casero se había ido de viaje y por eso faltaba desde hace días. Luego, que tenía un enfrentamiento con terceras personas. Finalmente, llegó a decir que «Lo ha secuestrado una banda de rusos».

Javier salió en libertad de la comisaría y del juzgado. Sería por poco tiempo. Pasó la noche en un hostal de la zona bajo el control estricto de los investigadores y fue detenido al día siguiente como el presunto autor del crimen y del posterior descuartizamiento de la víctima.

Se encaró con la Policía

El domingo, alrededor de las 11:00 horas de la mañana, la Policía acudía a la vivienda que compartían víctima y verdugo, acompañados de la comitiva judicial.

Lejos de colaborar, Javier se encaró con los agentes a los que trató de forma despectiva y descortés. No sólo negaba los hechos, también cuestionaba y acusaba a los policías achacándoles todo tipo de conductas ilegales. Ni siquiera accedía a firmar las notificaciones propias del caso.

Está previsto que el presunto homicida pasará a disposición judicial al lo largo de la mañana del próximo martes.

Sus vecinos no tienen ninguna duda de lo que ocurrió. Narran con todo detalle que fue en la madrugada del pasado lunes cuando escucharon gritos y golpes en la vivienda de Santos en La Felguera.

Horas después, a primera hora de la tarde ya plena luz del día, vieron salir al ahora detenido de la vivienda con un carro de la compra con algunas bolsas de basura.  Incomprensiblemente, el presunto homicida nunca huyó. Se quedó en la vivienda mientras se fue deshaciendo de la totalidad de los restos de su víctima a lo largo de los días.

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