Crimen de Usera

Así usan las bandas latinas a los niños para vender su droga: «Que nos muevan la melma»

bandas latinas
Las bandas latinas usan a los menores.
  • Alfonso Egea/ Luis Miguel Montero

La investigación que acabó con la desarticulación del coro (subagrupación) de Dominican Don’t Play (DDP) en la localidad toledana de Seseña ha dejado al descubierto muchos de los métodos que usan estas bandas latinas para delinquir y el uso que hacen de los niños para la venta de drogas. Un líder de los DDP le recomienda a su segundo que el trabajo para los menores debe ser «que nos muevan la melma» (droga en lenguaje dominicano).

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El coro de Seseña reunido en Villaverde.

Todos los menores de edad que entran en estas bandas latinas, alguno incluso con sólo 12 años, no tienen rango dentro de la organización y sólo adquieren la condición de «soldados» cuando ya han adquirido «méritos» suficientes cometiendo encargos ilegales de la banda como la venta de droga, recaudación de cuotas, peleas contra bandas rivales… para así ascender de nivel. Mientras tanto, son meras herramientas de los jefes del coro o capítulo de la banda. El líder de los DDP  incluso en su móvil tenía a D.L.R. como «el menor» y les mandaba el contacto de este a quienes le requerían drogas.

La Guardia Civil intervino conversaciones a A.C.A.C., líder del coro de Seseña, en las que quedaba patente su labor en la captación de menores: «Pero hablé con Leyenda (apodo de uno de sus lugartenientes) también, quería hacer una ganga, pero para poner dinero, pero le he dicho que vale, que toma hermano. Ya le dije a Leyenda que yo soy el que a esos chavales les ha metido la vaina en la cabeza,  entonces esos chavales me pertenecen a mí (…)». Según el atestado de los agentes «aparece una conversación en la que muestra su voluntad de coger a «sus» chavales con la intención de dar un escarmiento a miembros de banda rival como los Trinitarios, «tío, pero que yo no puedo hoy (…) si quieres el martes cogemos y frenamos para allá el martes. Y ya aviso yo a los chavales míos por ahí».

También hay conversaciones de whatsapp en el teléfono móvil del líder de los DDP que fueron clonadas por los investigadores: «Más de 30 niños quieren ser DDP», asegura ACAC, a lo que su interlocutor pregunta: «A ver cuántos de esos 30 salen» y el líder le responde: «De esos más de 30 sólo cuatro valen, alguno se podrá desarrollar, pero los que no, que se capeen y nos muevan la melma». Y continúa explicando que «a lo mejor más de uno espabila, pero van a tener que hacer cosas, porque aquí nadie entra de gratis». Es más, incluso a los menores no se les permite hacer con las manos los signos distintivos de la banda «excepto si piden permiso».

Sostiene el atestado de la Guardia Civil de Toledo que «la realización de handsign (gestos) va en relación al rol que cada uno de los miembros ocupa dentro del grupo, teniendo que estar autorizados por sus superiores para la realización de determinados signos. La jerarquía incluso manda también a la hora de poner límites: «Vale mira, eso también te digo una cosa, tú déjales claro (a los menores) que tienen que devolverte el dinero o la droga, una de las dos», advierte el jefe del coro desde la cárcel.

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Miembros de los DDP en el atestado de la Guardia Civil.

Este liderazgo continuó incluso cuando ACAC entró en la prisión de Ocaña I acusado de intento de homicidio, a través de conversaciones en las que transmite instrucciones a sus dos lugartenientes, como «meter presión» a quienes tienen deudas con la banda y luego le pregunta si «los menores avanzan». El líder llega a preguntar si «Gitano está para rojo (distintivo de ascenso)» y luego da órdenes para en caso de que los menores no cumplan sus propósitos: «Que no aprender, a ver… si se portan bien pues no, pero si el chaval no aprende, no aporta nada y está palomeando en todo, ni rojo ni unión ni pollas… pues a nivel de calle primo. Aquí si quieren que les respetemos como hermanos, tiene que comportarse como hermanos» e incluso reclama su uso para enfrentamientos contra bandas rivales en acciones de represalia: «Si se tienen que juntar que se junten los menores».

Algunas de las conversaciones más esclarecedoras entre ACAC y sus dos lugartenientes fueron extraídas por los guardias civiles que escuchaban e investigan habitualmente bandas latinas y destacadas en el atestado realizado para el Juzgado de Instrucción número 7 de Illescas que instruye la causa contra el coro de los DDP de Seseña: «A esos menores hay que aprovecharlos bien hermano, lo que yo os conté, estas fechas es para tranquilidad, pero obviamente si hay un coro contra coro, es su vida antes» o «ahora mismo A. es su líder y le van a hacer más caso que a sus padres, por eso les tratan como familia, pero cuando hablan de negocios que se olviden de las amistades, del amor».

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