Sociedad

Tomás Gimeno contrató a una detective para seguir a la madre de Anna y Olivia

Tomás Gimeno, padre de Anna y Olivia, contrató a un detective privado para seguir a su ex pareja, Beatriz Zimmerman, madre de las niñas asesinadas en Tenerife. Los celos de Gimeno provocaron una relación obsesiva con la madre de sus hijas, hasta el punto de ordenar que la siguieran y de dar una paliza a la pareja de la madre de Anna y Olivia.

No superar la relación, los celos y la incapacidad para romper la relación con la madre de sus hijas ha llevado a Tomás Gimeno a cometer uno de los crímenes más atroces que se recuerdan. Este jueves el buque oceanográfico ‘Ángeles Alvariño’ localizaba el cuerpo sin vida de Olivia, la mayor de las niñas de Tenerife. El cuerpo estaba en una bolsa, lastrada con el ancla de la embarcación de Gimeno, a 1.000 metros de profundidad.

Las labores de búsqueda en la zona donde apareció Olivia continúan. Faltan por localizar los cuerpos de Anna, la menor de la niñas, y el del propio Gimeno. Mientras, se van conociendo más detalles sobre el caso.

Uno de los últimos datos que se ha conocido, y que dibujan a la perfección la obsesión de Tomás Gimeno por su ex pareja, Beatriz, es que el padre de Anna y Olivia contrató a una detective en julio de 2020 para realizar seguimientos a su ex pareja. Así lo ha desvelado La Sexta en un programa especial de Equipo de Investigación.

Fue la propia detective la que se puso en contacto con los investigadores de la Guardia Civil a los pocos días de desaparecer las niñas en Tenerife. La profesional reconoció en televisión a Tomás Gimeno como la persona que en julio de 2020 había contratado sus servicios para seguir a su ex mujer. Una de las labores más comunes en la actualidad por parte de investigadores privados es el seguimiento de hombres y mujeres, de los que sus parejas sospechan que pueden estar cometiendo infidelidades.

No era el caso de Tomás Gimeno. Él asesino de Anna y Olivia sufría una especial obsesión por Beatriz, su ex pareja, ya que nunca fue capaz de superar la ruptura con ésta.

Un asesinato planificado con sangre fría

Precisamente esa obsesión fue la que llevó a Gimeno a vengarse de su ex mujer asesinando a las niñas, el denominado síndrome de Medea.

El divorcio entre Tomás y Beatriz Zimmermann, madre de las niñas, no fue fácil. Era una pareja que iba y venía de manera constante desde la adolescencia hasta que con 25 años decidieron hacer algo más formal. Tras la desaparición de las pequeñas, el 27 de abril, hasta que se encontró el cuerpo sin vida de la pequeña Olivia el pasado jueves, 45 días después, muchas son las hipótesis barajadas, pero lo cierto es que Gimeno planeó el secuestro y hacer desaparecer su rastro y el de sus hijas.

La Guardia Civil tiene ahora pocas dudas: Tomás Gimeno planeó con tiempo lo que iba a hacer. Sacó el dinero de todas sus cuentas corrientes, casi 50.000 euros, los metió en un paquete y se los mandó a su compañera sentimental. También traspasó su vehículo preferido, un Alfa Romeo, a su padre Tomás, un apasionado del deporte del motor como él. Luego llamó a algunos amigos y se despidió de ellos y aquella tarde, antes de ir a su casa con las niñas, pasó a ver a su padre y le dio un fuerte abrazo, algo que extrañó mucho a su progenitor, pues Gimeno no era muy propenso a muestras públicas de afecto ni con su padre ni con su hermana Mónica.