La pérdida de cobertura del móvil de Tomás Gimeno podría ayudar a resolver la desaparición de las niñas de Tenerife

Tomas Gimeno
El padre de las niñas desaparecidas en Tenerife, Tomás Gimeno, junto a Anna y Olivia.

Los investigadores siguen sin encontrar a las pequeñas Anna y Olivia, las niñas desaparecidas en Tenerife, ni al padre de las mismas que lleva en paradero desconocido desde hace más de un mes. Con todos los operativos en marcha, la Guardia Civil centra sus investigaciones ahora en los últimos movimientos del móvil de Tomás Gimeno para tratar de conocer lo que pasó el día de su desaparición.

La investigación ya ha esclarecido que uno de sus últimos movimientos fue la llamada a su ex mujer, de madrugada, horas antes de desaparecer. Tras eso, la señal de su teléfono se perdió forma súbita. Esto hace sospechar que podría haber caído al mar y no haber sido apagado de forma deliberada. Los investigadores tienen experiencia en este aspecto porque ya sucedió lo mismo en el caso de Diana Quer. El estudio de la pérdida de cobertura súbita fue determinante en la investigación de la joven desaparecida en Galicia y podría serlo ahora en el caso de las niñas desaparecidas en Tenerife.

Mientras siguen los rastreos frente al puertito de Güimar en busca de alguna pista que ayude a dar con las niñas, los investigadores han trazado un plan para arrojar luz sobre este caso que tiene en vilo a la sociedad española. Por el momento, las pesquisas se centran en un área de unas diez millas cuadradas, frente al litoral de Santa Cruz de Tenerife, que el buque del Instituto Español de Oceanografía lleva rastreando desde el pasado domingo.

La zona, acordada por Guardia Civil y personal del buque, es la delimitada por el geoposicionamiento del móvil de Tomás Gimeno, quien se hizo a la mar en dos ocasiones en la noche del 27 de abril, cuando se le perdió el rastro.

Lo que se sabe hasta ahora

Según han podido saber los encargados de la investigación, Tomás embarcó solo, sin las niñas, después de cargar desde su vehículo maletas y bolsos. Tuvo que hacer hasta tres viajes para transportar los bultos hasta la embarcación. Tras su primera incursión en el mar, fueron unos agentes de la Guardia Civil quienes le interceptaron y le avisaron de que estaba saltándose el toque de queda impuesto por la pandemia y fue propuesto para sanción. Los agentes no encontraron nada sospechoso en la embarcación ni en la actitud de Gimeno. La madre aún no había denunciado la desaparición de las pequeñas.

Pasada la medianoche volvió a salir al mar. Horas más tardes la embarcación fue encontrada vacía a la deriva, sin ancla.

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