El Orgullo 2020 visibiliza la múltiple discriminación que sufren las mujeres LTB: «Sororidad y feminismo»

bandera del Orgullo Gay
Bandera del Orgullo Gay

El Orgullo de este año ya tiene lema: «Mujeres LTB: sororidad y feminismo». Con él quieren resaltar las múltiples discriminaciones que sufren las lesbianas, transexuales y bisexuales del colectivo con por el hecho de ser mujeres, las de orientación sexual o identidad de género.

Múltiples discriminaciones a las que hay que añadir «la invisibilidad a la que han sido sometidas» las mujeres lesbianas y bisexuales, según denuncia a Efe Cristina Pérez, responsable del Grupo de Políticas Lésbicas de la Felgtb.

En el caso de las mujeres trans, Pérez critica también que se les haya puesto en el foco del debate que «nunca había estado» y que han abierto «mínimos grupúsculos» sobre «quien es mujer y quien es el sujeto del feminismo», ante el que reclama un feminismo inclusivo «en el que quepamos todas las mujeres».

Por ello, este año, tanto la Federación Estatal de Gais, Lesbianas y Transexuales (Felgtb) como la Cogam, organizadoras del Orgullo 2020, han optado por reivindicar el derecho a la autodeterminación de las mujeres trans y una ley estatal Lgtbi que garantice sus derechos y los de todo el colectivo.

Cristina Pérez recuerda que las mujeres lesbianas ya protagonizaron el Orgullo 2008 y lamenta lo poco que han cambiado las cosas en estos 12 años.

«Tenemos dificultades para acceder a la reproducción asistida, que nos arrebató la exministra Ana Mato en 2014, al dejar fuera de esta cobertura a mujeres solas y parejas de mujeres», relata Pérez al explicar que en la actualidad solo algunas comunidades tienen incorporado este derecho a su cartera de servicios.

Denuncia también que las lesbianas, si no están casadas, no pueden filiar a sus hijos con los apellidos de las dos mujeres y tienen que recurrir a una filiación por adopción, lo que, según la representante de la Felgtb, no sucede en las parejas heterosexuales.

Igualmente, reclama «protocolos específicos y atención especializada sanitaria» que reconozca la sexualidad de las lesbianas, principalmente en la especialidad ginecológica que «deja de hacer citologías» a estas mujeres cuando comunican su orientación sexual.

Por su parte, Niurka Gibaja resalta la necesidad de visibilizar a las mujeres LTB porque «no existe una única forma de ser mujer» y reivindica un feminismo inclusivo, «desde el transfeminismo que no nos excluye» y «poder ser reconocidas por la identidad sentida, sin ser cuestionadas, evaluadas y diagnosticadas para que nos digan quienes somos».

Representante de la Felgtb y mujer trans, Gibaja denuncia la transfobia explícita que sufre el colectivo, con agresiones o insultos, o implícita, fundamentalmente en el mundo laboral donde «nos ofrecen contratos, pero nos advierten de que no serán de cara al público».

Según datos de la Felgtb, el desempleo alcanza a un 85 por ciento de las personas transexuales.

Para evitar estas situaciones, urge a aprobar una ley estatal Lgtbi que «contemple nuestro derecho a existir y nos defienda en todos los puntos del territorio», que incluya a las personas migrantes.

Apremia también a modificar la Ley de Igualdad de Hombres y Mujeres para que las personas trans puedan hacer un cambio registral.

«El no poder cambiar nuestro nombre en el DNI es una dificultad muy grande, ya que nos hace más vulnerables y nos obliga a tener que dar explicaciones sobre quiénes somos y por qué», explica Niurka.

La también miembro de la Felgtb, Noelia Mellado defiende el protagonismo de las mujeres LTB este año frente a la visibilidad que históricamente se ha dado a los hombres cis o trans.

Y como mujer bisexual lamenta que su orientación sexual sea tan difícil de entender en un mundo de etiquetas «monosexual en el que solo vemos a heteros y gais y no queremos entender lo que está en medio».

Según su relato, las mujeres bisexuales son cuestionadas constantemente, «tanto dentro como fuera del colectivo», lo que convierte su existencia en «un eterno salir del armario» y les genera muchos problemas de salud mental y sexual, como acreditan diversos estudios.

«Una mujer a la que le gusta otra mujer nos dice que no puede estar con una bisexual porque teme que le sea infiel con un hombre. En el caso de los hombres, nos ven como un mero objeto sexual para hacer tríos», lamenta Mellado.

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